Un grupo de jóvenes indignados por la demora en encontrar a la víctima número 51 del accidente de tren ocurrido el miércoles en Buenos Aires, se enfrentaron ayer a la Policía y causaron importantes destrozos en la estación porteña de Once.
Los disturbios se produjeron cuando centenares de personas se mantenían concentradas en el acceso principal de la estación en protesta por las pésimas condiciones del transporte ferroviario y el retraso en la localización del cuerpo de Lucas Menghini Rey, de 20 años.
Una vez confirmada la identidad de la víctima, un grupo de jóvenes provocó un incendio, destrozó parte del mobiliario de la estación y se enfrentó a la Policía, que dispersó la concentración en medio de la indignación generalizada.
El cadáver de Lucas Menghini fue encontrado entre el tercer y el cuarto vagón del tren que el pasado miércoles se incrustó contra una de las cabeceras de la estación de Once, con un saldo de 51 muertos y más de 700 heridos.
Durante dos días, la familia del joven desplegó una intensa campaña en los medios de comunicación y en la estación para difundir la imagen de Lucas, tras la búsqueda infructuosa en los hospitales y en tanatorios.
Los argentinos se preguntan cómo es posible que el cuerpo del joven permaneciera 48 horas en el tren sin que se percataran los socorristas, la Policía, los bomberos y el juez encargado de la causa, que el jueves inspeccionó el convoy siniestrado.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, que no ha comparecido en público desde el accidente, decretó dos días de duelo nacional y suspendió los festejos de carnaval previstos para el fin de semana.
El dolor, entre tanto, ha dado paso a la indignación por la negligencia política, los errores durante las tareas de rescate y la precariedad del transporte.