Un brutal atentado contra el jefe de la Inteligencia libanesa sacude Beirut

Un brutal atentado contra el jefe de  la Inteligencia libanesa sacude Beirut
El ministro libanés del Interior, Marwan Sharbel, visita la calle donde explotó el coche efe

El atentado perpetrado ayer en un barrio cristiano de Beirut que costó la vida al jefe de la Inteligencia de la Policía libanesa, Wissan Hasan, y a otras dos personas, así como más de un centenar de heridos, aumentó la inquietud en el Líbano por los efectos de la crisis siria.

A primeras horas de la tarde, una gran explosión de un coche bomba sacudió la plaza Sassin, en el céntrico distrito de Al Ashrafiya, donde se vivieron escenas de pánico.

Numerosos edificios quedaron dañados en la zona, donde incluso se declaró un incendió en uno de los inmuebles mientras miembros de la Cruz Roja Libanesa (CRL), ciudadanos y policías intentaban socorrer a las víctimas entre escombros y cristales rotos.

“No puedo volver a revivir escenas que creíamos del pasado. Tendríamos que unirnos, una vez por todas, contra la muerte de inocentes”, declaró Renee, una de las habitantes de la zona.

Al menos tres personas fallecieron y más de cien resultaron heridas

Al menos tres personas murieron y más de cien resultaron heridas, según el último recuento de la Agencia Nacional de Noticias (ANN) en medio de la confusión de cifras generada.

Aunque se desconoce el autor del atentado, fuentes policiales afirmaron que el ataque iba dirigido contra el jefe de los servicios secretos policiales, que murió en el acto.

El general Hasan había llevado a cabo importantes investigaciones sobre atentados contra personalidades antisirias en el Líbano y en agosto pasado destapó una trama por la que fue detenido el exministro libanés de Información Michel Samaha, cercano al régimen sirio y acusado de planificar asesinatos contra líderes políticos y religiosos en el Líbano.

El general asesinado –próximo al grupo opositor Futuro, de Saad Hariri– estaba en el punto de mira de grupos libaneses favorables a Siria como, el movimiento chií Hizbula, que había pedido su dimisión.

Sin embargo, Hizbula se apresuró a condenar el atentado de Beirut y pidió la unidad de los libaneses, cada vez más divididos por el conflicto que atraviesa Siria y que amenaza con desestabilizar también el Líbano.

Por su parte, el presidente libanés, Michel Suleiman, presentó sus condolencias a las víctimas y destacó la necesidad de preservar la unidad nacional y la paz.

Una de las condenas más enérgicas provino del exprimer ministro y líder opositor Saad Hariri, que acusó directamente al presidente sirio, Bachar al Asad, de la muerte del jefe de la Inteligencia policial.

Del lado contrario, el Partido Sirio Nacional Social (formación libanesa abiertamente favorable a Siria) responsabilizó a Israel de lo ocurrido. Damasco se unió a las condenas del atentado, que fue calificado de “cobarde” por el ministro sirio de Información, Omran Zubi.

El Gobierno libanés decretó para un día de luto nacional por los fallecidos mientras que el primer ministro, Nayib Mikati, presidió una reunión del Consejo de Seguridad del país para analizar el atentado, que también condenaron estados como Francia y el Vaticano.

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