Trump vuelve a culpar a “los dos bandos” de la violencia en las calles

Trump vuelve a culpar a “los dos bandos” de la violencia en las calles
Un hombre disfrazado de Trump protesta con una pancarta en donde se lee “Foto gratis con Trump” y hace un saludo nazi a seguidores del mandatario | j. lane (efe)

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, regresó ayer a su tesis original y culpó a “los dos bandos” de los choques violentos en Charlottesville (Virginia). “Creo que hay culpa en los dos bandos. No tengo ninguna duda sobre ello”, dijo Trump en una tensa conferencia de prensa, marcada por las críticas a su tibia respuesta a la demostración de fuerza que grupos de la extrema derecha hicieron el fin de semana.
Trump, tras haber atribuido inicialmente responsabilidad a “múltiples partes”, finalmente había condenado de forma explícita al Ku Klux Klan (KKK), los neonazis y los supremacistas blancos que protagonizaron los incidentes. Ayer, sin embargo, regresó a su impulso inicial. “Hubo un grupo de un lado que fue malo y hubo un grupo del otro lado que también fue muy violento”, dijo Trump. “¿Qué pasa con la alt-left (izquierda alternativa) que atacó a lo que usted llama alt-right? ¿Tienen alguna culpa?”, espetó a una periodista.

Razonamiento
“He condenado a los neonazis, he condenado a muchos grupos. Pero no toda esa gente eran neonazis, créame. No todas esas personas eran supremacistas blancos, ni mucho menos”, subrayó.
Trump recordó que muchos de los participantes en las concentraciones estaban allí para protestar por la retirada de una estatua de Robert E. Lee, un general confederado considerado un símbolo de la defensa de la esclavitud y el racismo, y acusó a la prensa de tratarlos de forma “absolutamente injusta”.
Por su parte, la Comisión Europea evitó pronunciarse sobre las palabras de Trump, pero remarcó que el bloque comunitario “se opone y condena todas las formas de racismo, odio y violencia”.
El Ku Klux Klan, los neonazis o su marca más joven, “derecha alternativa” son las fórmulas bajo las que se agrupan los supremacistas, que están ganando terreno y visibilidad en la era Trump.
Defender los monumentos a la Confederación, al menos 700 en 31 estados, se ha convertido en caballo de batalla común de los grupos supremacistas, que han hecho de estas estatuas y fuentes el epicentro de sus convocatorias. “Creen que estos monumentos son parte de la herencia blanca y sureña y quieren preservarla”, explica a Efe Marilyn Mayo, investigadora del extremismo en la Liga Antidifamación.

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