Trump se enfrenta a Clinton en medio de la batalla contra su propio partido

Trump se enfrenta a Clinton en medio de la batalla contra su propio partido
Donald Trump escucha a Hillary Clinton durante el debate de ambos candidatos Rick Wilking

Las encuestas no son favorables a Donald Trump, candidato republicano a la Casa Blanca. El excéntrico millonario llegó al segundo debate contra su contrincante, Hillary Clinton, en uno de los peores momentos de su campaña. No obstante, y a pesar del escandaloso vídeo sobre las ofensivas palabras hacia las mujeres y las acusaciones de evasión de impuestos del magnate, la exsecretaria de Estado no logró sacar una gran ventaja en este segundo encuentro.
Últimamente, al candidato republicano le ponen más contra las cuerdas en su propio partido, que sus inapropiadas declaraciones o su rival política.
Más de 150 miembros del Partido Republicano se han posicionados en contra de su propio candidato. Más de 70 exdiplomáticos firmaron un manifiesto alertando de los peligros que puede suponer para le mundo la elección del Trump como presidente del país más poderoso del mundo. Hasta Condolleezza Rize, quien fue secretaria de Estado con Bush, dijo en Twitter un contundente “¡Basta ya!” a Donald Trump. Los excandidatos John McCaine o Ronie también manifestaron su rechazo por su propio candidato.
A pesar de que Clinton está por delante en las encuestas, no por mucho margen, y que fue clara vencedora en el primer debate televisado entre ambos, en esta ocasión, Hillary no estuvo especialmente brillante. Mientras Trump la acusó de difundir e-mails comprometidos, ella se limitó a tachar de ridículas tales acusaciones, pero sin entrar en más explicaciones.
Hillary no acorraló a Trump sobre la utilización de las leyes tributarias para evitar pagar impuestos, algo incluso de lo que se jactó el propio candidato republicano. Hillary no supo “rematar” en este tema y tampoco fue capaz de ofrecer un plan alternativo para resolver el problema yihadista y derrotar al Daesh. Las respuestas de Clinton eran desacreditar a Trump, pero sin ofrecer ni valorar un plan que fuera convincente, así al menos lo reflejan los medios de comunicación estadounidenses en general. El debate fue bronco, tenso y en ocasiones con excesiva crispación y lleno de insultos. Comenzaron sin ni siquiera darse la mano y con el republicano en sus horas más bajas. Aún así, Clinton no llegó a noquearle, según las encuestas.
El encuentro venía precedido por una rueda de prensa que Trump había celebrado horas antes con varias mujeres que acusaron al expresidente Bill Clinton de abusar de ellas, en un intento por rechazar las críticas contra él por el citado vídeo, grabado en 2005. Las ofensivas declaraciones de Trump fueron calificadas de “inaceptables” incluso por su actual esposa. El candidato republicano presume de su capacidad de seducción con apreciaciones machistas e “intolerables” incluso para sus seguidores de filas.
A pesar de ello, Trump salió vivo del debate. Las expectativas iniciales para él eran pésimas. Sin nada que perder, atacó sin piedad y con tal dureza y contundencia que ha cobrado aliento y quizá recuperado a parte de su electorado más conservador.
Por su parte, el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, aplaudió la actuación del aspirante republicano a la Casa Blanca en el último debate televisado y destacó que se comportó como un “macho alfa” capaz de “dominar” a su rival, Hillary Clinton. “Parecía como un gran gorila moviéndose por el escenario. Es un gran macho alfa”, aseguró Nigel Farage.
Por otro lado, el gobernador de Indiana, Mike Pence, aclaró ayer que no tiene ninguna diferencia insalvable con Donald Trump, y desmintió que tenga previsto renunciar como compañero de fórmula.
Mientras, el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Paul Ryan, confirmó a sus compañeros republicanos en el Congreso que no defenderá a Trump, para proteger la actual mayoría parlamentaria.
Ante esto, Trump instó a Ryan a hacer su trabajo y “no malgastar su tiempo” criticándole.

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