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jueves | 25 abril | 2024
Un terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter azotó el norte de la región costera de Ecuador y dejó un balance al cierre de esta edición de 235 muertos y 1.557 heridos.
El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, destacó que no hay alerta de tsunami ni daños estructurales en las presas de la provincia de Manabía, cuya rotura podría haber causado una catástrofe aún mayor. El vicepresidente aseguró que la prioridad es la seguridad y la atención a los ciudadanos que puedan quedar bajo los escombros. En ese sentido, subrayó que se había declarado el estado de excepción para movilizar los recursos necesarios para atender la situación de emergencia y pidió “fuerza y unidad” a los ciudadanos.
Glas recordó que este seísmo, que estuvo seguido por más de medio centenar de réplicas, “es el peor” desde 1979.
Además, agradeció a países como México y Venezuela y a la UE por la ayuda que están prestando, así como a gobiernos de otras regiones de Ecuador que también están colaborando con las víctimas del seísmo.
La ONG Acción Contra el Hambre movilizó a sus equipos de emergencia de Colombia y España para ayudar a los afectados por el terremoto.
Un primer equipo formado por un logista y personal de agua y saneamiento tenía previsto salir desde Putumayo, en el sur de Colombia. Otro equipo con un logista y personal de agua y saneamiento y de seguridad alimentaria vuela hoy desde Madrid hacia Ecuador.
El ministro de Educación de Ecuador, Augusto Espinosa, anunció la suspensión de la actividad educativa en las seis provincias más afectadas por el terremoto. Las provincias afectadas son Esmeraldas, Los Ríos, Manabí, Santa Elena, Guayas y Santo Domingo de los Tsáchilas, donde se suspenden los exámenes, las clases para estudiantes de Bachillerato Internacional o las pruebas para docentes previstos para este lunes. Sin embargo, hoy es jornada no lectiva.
El presidente, Rafael Correa, que llamó a la calma en el país, se encontraba de viaje en Italia para acudir a una serie de actos en el Vaticano, pero anunció su regreso inmediato.
El Gobierno español, que no tenía constancia de que hubiese españoles entre las víctimas, trasladó sus condolencias a los afectados por las “consecuencias catastróficas” del terremoto.
Por otro lado, al menos un centenar de presos escaparon del Centro de Rehabilitación Social El Rodeo, el cantón Portoviejo de Manabí, tras el derrumbe de dos muros y de las paredes del pabellón interno como consecuencia del terremoto.
La ministra de Justicia, Ledy Zúñiga, informó de la fuga y de que se detuvieron a entre 20 y 30 fugitivos. Según la ministra, algunas personas regresaron de forma voluntaria. Otros centros penitenciarios de Manabí como los de Bahía de Caráquez y Jipijapa también resultaron afectados, pero no registraron fugas.
El comandante Edison Barrera explicó que se había desplegado un contingente policial para apresar a los fugados. Mientras, los agentes realizaban el recuento en cárcel de Portoviejo.
