El Parlamento griego aprueba la ley de ciudadanía de inmigrantes de segunda generación

El Parlamento griego aprueba la ley de ciudadanía de inmigrantes de segunda generación
Un turista observa un desfile de la guardia presidencial frente al Parlamento de Atenas, Grecia. EFE/Archivo

El Parlamento griego aprobó hoy la ley para conceder la ciudadanía a los inmigrantes de segunda generación, la primera norma de este Ejecutivo que sale adelante sin el apoyo del socio de Gobierno, los nacionalistas Griegos Independientes.

La norma salió adelante con 172 votos y el respaldo del partido gubernamental Syriza, el centrista To Potami (El Río), los socialdemócratas del Pasok y uno de los diputados del socio de coalición, que rompió la disciplina de voto, tras ser requerida la votación nominal por parte de la formación conservadora y principal fuerza de oposición Nueva Democracia.

El partido del anterior primer ministro, Andonis Samarás, el partido neonazi Amanecer Dorado y los demás diputados de Griegos Independientes votaron en contra del proyecto, mientras que los comunistas del KKE se abstuvieron.

La ley prevé otorgar la ciudadanía griega a inmigrantes de segunda generación nacidos en Grecia; que hayan crecido y estudiado en el país; y a adultos que hayan adquirido un título universitario o de formación profesional griego y tengan la intención de ejercerlo en el territorio.

Para los nacidos en Grecia, el principal requisito es que los padres hayan vivido durante cinco años en el país con un permiso legal de residencia antes del nacimiento del hijo, y en caso de que esto no se cumpla, deberán esperar a que se cumplan diez años de residencia legal para solicitar la nacionalidad del hijo.

Es decir, si el padre, por ejemplo, adquirió el permiso legal de residencia en 2007 y el hijo nació dos años después, en 2009, el derecho adquirido por esta ley de ciudadanía no podría solicitarse hasta 2017, y será siempre antes de que el hijo cumpla los diez años.

El segundo requisito es que los hijos sean escolarizados en Grecia, lo que se considera como una "demostración de la voluntad de los padres de seguir viviendo legalmente en el país", con sus hijos recibiendo ya la educación helena.

Si el derecho de la ciudadanía no se pudo ejercer durante la infancia pero se cumplió con estas condiciones, el implicado podrá solicitarlo cumplida la mayoría de edad, pero antes de los 21 años.

Para los que no han nacido en Grecia, pero crecieron en el país y fueron escolarizados en él, la regulación prevé que la ciudadanía se adquiera después de haber completado los nueve años compulsados de la escuela, o los seis de la educación secundaria, alargando el derecho a pedir la ciudadanía hasta los 23 años.

Para los graduados en la universidad o en colegios técnicos griegos con nacionalidad extranjera y voluntad de ejercer la profesión en el país, el derecho de adquirir la ciudadanía depende del ejercicio y mantenimiento del título en Grecia.

Así, cualquier persona que cumpla los requisitos necesarios y viva en Grecia puede ejercer su derecho a la ciudadanía durante los tres años posteriores de la publicación de la ley.

Finalmente, la norma contempla la opción de renuncia voluntaria a la ciudadanía griega, en el caso de aquellas personas que la adquirieran mientras eran menores de edad por petición de sus padres, por lo que deberán solicitar su revocación el año después de haber cumplido la mayoría de edad, a condición de que la persona no pueda convertirse en apátrida.

La ministra adjunta de Inmigración, Tasia Jristodulopulu, defendió la ley ante el hemiciclo, y aseguró que los inmigrantes que viven permanentemente en Grecia y sus hijos deberían tener el derecho de reclamar la ciudadanía.

"Insistimos en este compromiso, que es a la vez viable y realista", dijo Jristodulopulu, quien afirmó al inicio del debate parlamentario que la norma beneficiará a alrededor de 100.000 personas.

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