Moscú niega su implicación en el caso Skripal y pide una disculpa a May

Moscú niega su implicación en el caso Skripal y pide una disculpa a May
Dos policías montan guardia en el hotel donde se alojan los sospechosos | FACUNDO ARRIZABALAGA (efe)

Rusia rechazó ayer la acusación de la primera ministra británica, Theresa May, sobre la implicación de oficiales del servicio de inteligencia militar rusa, GRU, en el envenenamiento del ex espía ruso Serguéi Skripal y su hija en el Reino Unido.
Tanto Scotland Yard como la primera ministra británica, Theresa May, facilitaron ayer detalles minuciosos sobre los movimientos de los dos individuos tras su llegada al Reino Unido el 2 de marzo –dos días antes de atacar a los Skripal en Salisbury– y su partida de regreso a Moscú la misma jornada en que se produjo el envenenamiento.
La intervención de May, “contiene una serie de acusaciones Categóricas contra Rusia y, según se afirma, contra dos de nuestros ciudadanos. Rechazamos firmemente esas alegaciones”, 
declaró la Cancillería rusa en un comunicado.
Rusia, que considera “inadmisible” el tono de la intervención de May ante la Cámara de los Comunes, afirma que no es el 
único país que tiene las “capacidades técnicas”, “la experiencia” y “los motivos” para el uso del agente nervioso “novichok” en Salisbury.
Recordó que el británico Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa de Porton Down “es precisamente el lugar donde se realizaron y se siguen realizando trabajos con la sustancia que en Occidente llaman ‘novichok’”.
Además, acusó a Londres de intentar implicar en las “acusaciones indignantes” a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAC), a la que Moscú responsabilizó de seguirle el juego a Londres.
La OPAC confirmó ayer que el agente nervioso que se utilizó en Salisbury, donde fueron envenenados el Skripal y su hija Yulia, y el de Amesbury, donde en junio resultaron intoxicadas otras dos personas, una de las cuales murió, es el mismo.
La Cancillería rusa citó al embajador británico para exigirle las huellas dactilares de los primeros sospechosos en el caso Skripal, que fueron identificados por la policía británica como los oficiales rusos Alexander Petrov y Ruslán Boshírov.
El caso Skripal ha provocado una crisis en las relaciones anglo-rusas, después de que Londres expulsase hace unos meses, como represalia, a 23 diplomáticos rusos, medida que fue respondida por Rusia con la retirada de varios funcionarios británicos.
Según afirmó la primera ministra, esta no fue una operación cualquiera, sino que “casi seguro” fue aprobada “al más alto nivel del Estado ruso”.
Además de los Skripal, la británica Dawn Sturgess murió en julio tras resultar envenenada con Novichok en Amesbury, cerca de Salisbury, tras ponerse en la muñeca perfume que su pareja, Charlie Rowley, había encontrado abandonado en un contenedor, pero que en realidad contenía el agente nervioso.
Rowley aplaudió ayer la noticia de que el Reino Unido ha identificado a los sospechosos que trajeron la sustancia al país y reconoció que quiere que sean llevados “ante la Justicia”. l

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