Merkel y Schulz deciden tomarse más tiempo para superar sus diferencias

Merkel y Schulz deciden tomarse más tiempo para superar sus diferencias
La canciller alemana, Angela Merkel, habla para los medios de comunicación | HAYOUNG JEON (efe)

La canciller alemana, Angela Merkel, y el líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Martin Schulz, exprimieron ayer los plazos fijados para alcanzar un pacto de gobiernos y, tras varios acuerdos parciales, decidieron pasar al tiempo de descuento para intentar superar las últimas discrepancias hoy.
Según el calendario fijado por ambas partes, las reuniones debían concluir ayer, más de cuatro meses después de las elecciones, pero se habían previsto dos posibles días extra y Schulz dejó ayer claro que se iban a tomar todo el tiempo necesario en esta fase final. “Hemos trabajado bien hasta ahora, pero todavía quedan puntos importantes que tienen que ser aclarados”, admitió Merkel a su llegada a la sede del SPD, donde se dieron cita los equipos encargados de las negociaciones.
La canciller, que aspira a un cuarto mandato, aseguró que afrontaba la fase final con “buena voluntad”, pero también consciente de que quedaban por delante “difíciles negociaciones”.
Schulz confirmó al inicio de la jornada la falta de acuerdo para lograr tres objetivos clave en política social: acabar con los contratos temporales injustificados, garantizar la igualdad de trato en los seguros sanitarios y mejorar la política de vivienda.

Acuerdos
El último punto se cerró a media tarde con medidas para frenar la subida de los alquileres, ayudas para familias con hijos y 2.000 millones de euros públicos para la construcción de viviendas, consenso que se unió a acuerdos en política municipal y cultural e inversiones millonarias para impulsar la digitalización.
En la tarde de ayer, el secretario general del SPD, Lars Klingbeil, confirmó que las conversaciones continuarían hoy.
Schulz, que se vio forzado al diálogo con Merkel después de que la canciller fracasara en su intento de aliarse con liberales y verdes, recalcó que inició las negociaciones “sin líneas rojas”, pero decidido a lograr un acuerdo con políticas “rojas”, de marcado acento socialdemócrata.
A su juicio, la presión del tiempo no debe entorpecer las conversaciones, ya que el objetivo es proporcionar a Alemania un gobierno estable y ello exige un acuerdo “fuerte” y consensuado sobre bases “estables”.
Schulz necesita un buen pacto para convencer a su partido, que hace dos semanas avaló por estrecho margen (56%) el inicio de las negociaciones con los conservadores y donde diversos sectores, como sus juventudes, siguen rechazando de plano que se reedite la gran coalición tras el fracaso electoral de septiembre.
El acuerdo final se someterá además al voto de los alrededor de 440.000 militantes socialdemócratas, una consulta vinculante que deberá superarse antes de formalizar el nuevo gobierno.
La semana pasada la dirección socialdemócrata subrayó los avances logrados en las reuniones, como el acuerdo para la estabilidad de las pensiones, las mejoras en la atención a la dependencia o las inversiones de 11.000 millones en educación.

Merkel y Schulz deciden tomarse más tiempo para superar sus diferencias

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