Así lo señalaron el primer ministro, David Cameron, y el titular de Asuntos Exteriores, William Hague, tras anunciar hoy el Gobierno de las Malvinas en Puerto Stanley que habrá un plebiscito en la primera mitad del próximo año sobre su "estatus político".
Con ese referendo el gobierno malvinense dijo que pretende poner fin al contencioso con Argentina, país que reclama la soberanía del archipiélago, y dejar claro que los isleños quieren ser británicos.
En una declaración escrita, David Cameron dijo hoy que el Reino Unido "respetará y defenderá" el resultado de la consulta y reiteró que "deben ser los isleños los que elijan si quieren ser británicos y el mundo debe escuchar su opinión".
En su nota, Cameron recordó que "hace treinta años (los isleños) dejaron claro que querían ser británicos y por eso las fuerzas británicas liberaron las islas de los invasores argentinos".
En 1982, Argentina y el Reino Unido, que se anexionó las Malvinas en 1833, se enfrentaron en una guerra por la soberanía del archipiélago en el que murieron 649 argentinos, 255 británicos y tres isleños.
"Ahora el Gobierno argentino -agregó Cameron- quiere poner en duda de nuevo esa opción, acallando la capacidad de los isleños de hablar por sí mismos y castigándolos por ejercer su propia libertad de opción".
Por ello, el político conservador británico consideró "totalmente correcto que los isleños hoy hayan indicado que intentan que sus voces se escuchen una vez más. Y el Reino Unido está dispuesto a apoyarlos en su opción".
Por su parte, William Hague afirmó en otro comunicado oficial que, al igual que Cameron, "apoya esta iniciativa para demostrar, sin dudas, la opinión definitiva de los ciudadanos de las Malvinas".
"En una región que valora la democracia y los derechos humanos, es totalmente apropiado que los isleños puedan expresar este derecho fundamental. El principio de la autodeterminación es una parte clave de la carta de las Naciones Unidas", señaló el jefe del Foreign Office.
Hague confió en que Argentina "y toda la comunidad internacional, se una al Reino Unido a la hora de escuchar cuidadosamente lo que tienen que decir" los isleños.
Además de Cameron y Hague, el diputado conservador Andrew Rosindell, secretario del grupo parlamentario multipartito sobre las islas Malvinas, consideró el anuncio del referéndum como una "decisión extremadamente importante".
Según este diputado tory, la consulta determinará "de una vez y por todas" cuáles son los deseos de los habitantes de las islas" y confió en que "el Gobierno argentino respete el deseo democrático de los isleños".
Rosindell anticipó un "resultado muy similar" al obtenido en el referendo celebrado en Gibraltar en 2002, en el que el 98,5% de los habitantes del Peñón rechazó la idea de que el Reino Unido comparta la soberanía con España.
Las tensiones entre los Gobiernos de Argentina y el Reino Unido se intensificaron en 2011 a causa del bloqueo a los barcos malvinenses en los puertos vecinos decidido por Mercosur.
A ese incidente se sumó el malestar de Buenos Aires por la presencia en febrero en ese archipiélago del príncipe Guillermo, nieto de la reina Isabel II, y el envío de un destructor británico.
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