Los grupos de orientación islámica, especialmente los salafistas, han avanzado posiciones en el nuevo Parlamento kuwaití, donde desaparecen las mujeres, aunque las adscripciones atribuidas a los electos varían y todavía no hay coincidencia en el cómputo de escaños por grupos y tendencias.
Los únicos resultados nítidos son la eliminación de las mujeres del panorama parlamentario kuwaití, la merma del ala liberal, entremezclada con los populistas, y la constatación de que la obediencia tribal mantiene su firmeza.
La única unanimidad aparente entre analistas, medios locales y los propios kuwaitíes es en el voto de castigo a quienes apoyaron abiertamente al Gobierno, de modo especial las cuatro diputadas salientes.