La junta militar tailandesa afianza su poder pese a la condena internacional

La junta militar tailandesa afianza su poder pese a la condena internacional
RUN195 BANGKOK (TAILANDIA) 23/05/2014.- Un soldado recibe flores de un grupo de simpatizantes del ejército que sostienen pancartas en las que se puede leer "Apoya la operación del ejército" en Bangkok (Tailandia) hoy, viernes 23 de ma

La nueva junta militar de Tailandia afianzó ayer su poder, que tomó el jueves tras dar un golpe de Estado, al nombrar al jefe del Ejército, Prayuth Chan Ocha, como primer ministro, citar a decenas de políticos y acentuar el control sobre la prensa, pese a las condenas de la comunidad internacional. El Consejo para el Mantenimiento del Orden y la Paz Nacional, el nombre oficial de la junta, también prohibió salir del país a 155 personalidades, incluidos miembros del Gobierno depuesto.
La ex primera ministra Yingluck Shinawatra, quien se refugió en la casa familiar de Chiang Mai (norte) después de que el Tribunal Constitucional forzase su dimisión hace dos semanas por un caso de abuso de poder, llegó al Club del Ejército de Bangkok en un coche blindado.
Su sucesor, Niwatthamrong Bonsongpaisan, que se encontraba en paradero desconocido desde la asonada, también se personó, así como Somchai Wongsabat, primer ministro en 2008, y la esposa de este, Yaowapa, que es hermana de Yingluck.
Otro de los citados fue Noppdon Pattama, asesor legal del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, hermano de Yingluck y Yaowapa y figura clave de la crisis política que consume a Tailandia.
Un portavoz del Ejército, el coronel Werachon Sukhondhadhpatipak, indicó horas después que fueron detenidas más de cien personas.

cuartel
Según el diario tailandés “Naew Na”, Yingluck fue trasladada a un cuartel de la provincia de Saraburi, aledaña a Bangkok, donde permanecerá al menos tres días.
El jefe del Ejército y autoproclamado primer ministro, Prayuth Chan Ocha, también se reunió con el cuerpo diplomático acreditado, al que comunicó que permanecerá al frente del Gobierno hasta que se reforme el sistema político y se restablezca el orden. La ley marcial y el incruento golpe de Estado son, según el propio Prayuth, un “sacrificio” que asume por la unidad y la estabilidad del país.
La intervención militar se produjo después de meses de protestas para derribar el Gobierno que han causado 28 muertos y más de 800 heridos.
En menos de 24 horas desde el golpe de Estado, el duodécimo de la Tailandia democrática, los campamentos de los manifestantes antigubernamentales y progubernamentales en Bangkok se desmantelaron y sus ocupantes regresaron a sus casas.

amenazas
La Constitución ha sido suspendida, salvo algunas disposiciones, y se ha decretado el toque de queda. Se han prohibido las reuniones públicas de más de cinco personas y se ha amordazado la prensa, con cierres de canales de radiotelevisión y la amenaza de clausurar cualquier medio de comunicación que provoque agitación.
Aunque la junta militar tiene retenidos a los jefes de los movimientos antigubernamental y progubernamental (camisas rojas), y la mayoría de sus seguidores habían regresado a sus casas, algunos se atrevieron ayer a expresar su descontento.
Un grupo de 80 personas marchó por el Movimiento a la Democracia, otro de unas 300 se concentró en el centro comercial de Bangkok y grupos más pequeños manifestaron su descontento en otras zonas de la capital, o en otras ciudades del país.
La protesta en el corazón financiero de Bangkok acabó por ser disuelta por soldados, que detuvieron a cinco personas, a las que luego pusieron en libertad tras tomarles sus datos.
“Queremos elecciones, no queremos el control del Ejército. Estoy enfadado, muy enfadado. ¿Por qué tiene el primer ministro que ir a declarar ante el jefe del Ejército? ¿Qué está ocurriendo?”, declaró bastante agitado Reungsak, en el Club del Ejército. Otros defendieron la intervención militar, como Panya Prommanon: “No importa, ahora al menos hay paz. No pasa nada porque la democracia de los camisas rojas está mal”.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, indicó que la asonada “tendrá implicaciones negativas” en la relación bilateral.
La ONU, la Unión Europea y otros países también han expresado su preocupación por el camino adoptado por Tailandia.

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