Juncker dudó de la “estabilidad y responsabilidad” del negociador británico del Brexit

Juncker dudó de la “estabilidad y responsabilidad” 
del negociador británico del Brexit
Juncker escucha una pregunta en una rueda de prensa | STEPHANIE LECOCQ (efe)

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se mostró preocupado por la “estabilidad y responsabilidad” del negociador británico para el Brexit, el ministro David Davis, por la falta de implicación en la primera ronda de contactos que Bruselas y Londres mantuvieron en junio.
Así lo reflejan las actas de la reunión del Colegio de Comisarios del pasado 12 de julio –publicadas ayer–, durante la que el negociador europeo, el excomisario Michel Barnier, informó de la situación al Ejecutivo comunitario.
Tras escuchar el relato de Barnier, el presidente de la Comisión cerró la discusión “diciendo estar preocupado por el asunto de la estabilidad y responsabilidad del negociador británico y por su aparente falta de implicación”, recoge el documento. La ausencia de compromiso de Davis podría “comprometer el éxito de las negociaciones”, a juicio de Juncker.
Barnier explicó al Colegio de Comisarios que la primera cita con la delegación británica fue “constructiva” y se avanzaron en cuestiones logísticas, pero añadió sus dudas sobre la verdadera implicación de Londres

Cambio en la situación
A juicio del negociador europeo la presencia en las rondas “no es una prioridad” para su contraparte británica, David Davis, de quien no estaba seguro que fuera acudir a la siguiente cita.
Casi tres meses después de aquella sesión, la situación ha “cambiado claramente”, dijo una portavoz comunitaria ayer, al ser preguntada por las dudas de Juncker, sin añadir comentarios.
Por otra parte, la Unión Europea (UE) atribuyó ayer al Reino Unido la “responsabilidad” de proponer soluciones para hacer frente a las consecuencias en Irlanda del Brexit en ámbitos como el proceso de paz y el Acuerdo de Viernes Santo o en el área común de viaje y la frontera entre Irlanda del Norte y su vecino del sur.
En un documento de posición, Bruselas subraya que, ante la salida de la Unión Europea, es responsabilidad británica asegurar que sus propuestas para Irlanda tengan en cuenta y protejan el contexto y los marcos políticos, económicos, de seguridad, sociales y agrícolas “muy específicos y entrelazados” en la isla.
De hecho, el escrito no plantea ninguna medida concreta, pero recalca que las soluciones “deberán respetar el correcto funcionamiento del mercado interior y de la unión aduanera, así como la integridad y la eficacia del ordenamiento jurídico de la UE”.
Durante una rueda de prensa, el negociador jefe de la Comisión Europea para el Brexit, Michel Barnier, no dudó en manifestar su preocupación.
“La solución para la cuestión de la frontera deberá ser única. No puede preconfigurar la futura relación entre la Unión Europea y el Reino Unido. Exigirá a las dos partes ser flexibles y creativas. Lo que veo en los documentos del Reino Unido sobre Irlanda e Irlanda del Norte me preocupa”, afirmó Barnier, quien instó a evitar el regreso a una frontera “dura”.

Una nueva frontera
Explicó que el Gobierno de la primera ministra británica, Theresa May, quiere que el club comunitario “suspenda” la aplicación de sus leyes, unión aduanera y mercado único “en lo que será una nueva frontera externa para la UE”, así como convertir Irlanda “en una especie de caso de prueba” para la futura relación aduanera entre los dos bloques.
“Esto no ocurrirá”, sentenció el negociador de la Comisión Europea. El documento de posición sobre Irlanda subraya que el Acuerdo de paz de Viernes Santo debe “seguir preservándose y reforzándose”.

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