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martes | 23 abril | 2024
Jordania ejecutó ayer a dos terroristas condenados a muerte y prometió dar una dura respuesta a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) por haber asesinado quemándolo vivo al piloto jordano Muaz Kasasbeh, un acto que fue repudiado con fuerza en el mundo musulmán.
El rey Abdalá II de Jordania, regresó a su país tras suspender la visita que estaba realizando en Estados Unidos, donde se reunió con el presidente Barack Obama, y advirtió de que actuarán contra “esa camarilla de criminales”, en alusión al EI.
“La sangre del héroe mártir no quedará sin la respuesta severa de Jordania y de su Ejército a ese acto cobarde y criminal, porque esa organización terrorista no solo lucha contra nosotros, sino también contra el islam y sus nobles valores”, dijo el monarca en un encuentro con altos mandos militares y de las fuerzas de seguridad.
En un vídeo difundido el martes, el EI muestra cómo quema vivo al piloto, que fue capturado en Siria el pasado 24 de diciembre después de que el avión que dirigía se estrellase durante una operación de la alianza internacional contra los yihadistas, liderada por EEUU.
Frente a las voces que culpan de lo ocurrido a la participación jordana en esa alianza, Ammán consideró ayer que ese “horrible crimen demuestra lo correcta que ha sido la actitud de Jordania uniéndose a esta guerra contra el terrorismo”.
Después de clamar venganza, las autoridades jordanas ejecutaron ayer en la horca a dos terroristas condenados a muerte.
Uno de ellos fue Ziad al Karbuli, antiguo ayudante del líder terrorista Abu Musab al Zarqawi, muerto en un bombardeo estadounidense en Irak en 2006.
También fue ahorcada la iraquí Sayida al Rishawi, cuya liberación había pedido en las últimas semanas el EI a cambio de la vida del piloto y del rehén japonés Kenji Goto, que fue decapitado por ese grupo el sábado.
Entretanto, el Estado Islámico justificó en un comunicado que quemó vivo al militar por sus ataques aéreos dentro de la alianza internacional, en aplicación del principio del “ojo por ojo, diente por diente”.
Por su parte, la institución religiosa Al Azhar, la más prestigiosa del islam suní, defendió que los terroristas del E) merecen morir y ser crucificados como castigo impuesto en el Corán para aquellos que “luchan contra Alá y su profeta”.
