Irán no cede y aumenta su producción de uranio, incluso a niveles más altos

Irán no cede y aumenta su producción de uranio, incluso a niveles más altos
El jefe de las negociaciones iraní en cuestiones nucleares Said Jalili.

Según un informe emitido hoy en Viena por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en la planta atómica subterránea de Fordo, al sur de Teherán, se han registrado trazos de uranio enriquecido hasta el 27 %, superior al 19,75 % indicado por Teherán como máximo hasta ahora.
En su informe, los inspectores de la ONU dicen que Irán asegura que este exceso se debe a "razones técnicas fuera del alcance del control operativo".
Un diplomático internacional calificó el aumento como "significante", aunque agregó que "esto puede pasar", con lo que parecía restarle importancia al asunto.
La misma fuente -que está al tanto de la investigación del programa nuclear iraní- aseveró al su vez que es importante que el OIEA investigue este aumento.
Con una pureza del 20 %, la ciencia habla de "uranio poco enriquecido", mientras que a partir de ese valor se habla de "uranio altamente enriquecido".
Lo que preocupa a Occidente es que resulta más difícil llegar al 20 % de enriquecimiento desde cero que avanzar desde el 20 % hasta el 90 %, el nivel necesario para fabricar bombas.
Este enriquecimiento se ha producido en Fordo, una planta que se encuentra dentro de una montaña, por lo que está fuera del alcance de cualquier intervención militar desde el aire.
Según el informe, en la gran planta de Natanz (centro de Irán) y en Fordo se produjeron en total 145,6 kilos de uranio enriquecido hasta el 20 %, frente a los 110 kilos de febrero.
Irán mantiene así el ritmo de producción del uranio al 20 %, que dice necesitar para un reactor científico para la lucha contra el cáncer, ya que desde febrero produjo unos 12 kilos por mes, frente a los 13,5 kilos mensuales del trimestre anterior.
Además, los técnicos iraníes han producido ya 6.197 kilos de uranio enriquecido hasta el 5 % (para la producción de combustible nuclear convencional), frente a los 5.451 kilos de hace tres meses, cuando el OIEA emitió su último informe.
Según expertos internacionales, estas cantidades de material fisible producidas en Irán exceden los mínimos exigidos para la teórica fabricación de una bomba atómica, siempre y cuando Irán decida hacerlo y enriquecer ese material por encima del 90 %.
En ese contexto, los inspectores expresan su preocupación por las posibles dimensiones militares del programa nuclear iraní.
Concretamente, critican que imágenes vía satélite muestran que en la controvertida instalación militar de Parchin se están llevando a cabo "extensas actividades que podrían mermar la capacidad de la agencia para su trabajo de verificación".
En este lugar los servicios de inteligencia de varios países occidentales sospechan actividades y experimentos en el marco de un programa nuclear militar persa, algo que los iraníes rechazan.
En todo caso, Teherán tampoco ha dado luz verde para que los inspectores del OIEA visiten las instalaciones de Parchin.
Según el informe, la agencia de la ONU ha recibido desde noviembre de 2011 más informaciones sobre supuestas actividades ilícitas en Parchin, "lo que corrobora" los análisis hechos con anterioridad sobre posibles dimensiones militares.
Irán rechaza estas alegaciones diciendo que se trata de inventos y manipulaciones de los servicios de inteligencia occidentales.
El informe concluye diciendo que los iraníes no están ofreciendo la necesaria cooperación, por lo que la agencia "no puede dar seguridades creíbles sobre la ausencia de materiales y actividades no declaradas" en ese país.
Por eso, los inspectores dicen que no logran constatar "que todos los materiales nucleares de Irán sean para actividades pacíficas".
El OIEA reconoce que en las recientes semanas hubo avances en las negociaciones sobre un "proceso estructurado" para esclarecer los asuntos pendientes de la investigación.
No obstante, el organismo insta a Teherán a "negociar con la agencia de forma sustancial sobre estos asuntos lo antes posible, incluido el pronto acceso a Parchin".
El informe de hoy se emite un día después de la conclusión de la más reciente ronda de negociaciones entre Irán y el Grupo 5+1 (las cinco potencias con derecho a veto en el Consejo de Seguridad y Alemania), que terminó sin avances pero con el compromiso de un nuevo encuentro a mediados de junio en Moscú.
En esas conversaciones, los 5+1 tratan de convencer a Irán para que detenga sus actividades nucleares más delicadas a cambio de concesiones, como la suspensión de algunas sanciones dictadas por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Occidente teme que bajo el paraguas de un supuesto programa nuclear civil, Irán quiera hacerse con una bomba atómica, lo que Teherán rechaza, aunque todo indica que tampoco colabora de forma satisfactoria con la ONU.
Estados Unidos e Israel no descartan un ataque aéreo contra las instalaciones nucleares de Irán para impedir que ese país se haga con los conocimientos para fabricar un arma nuclear.

Irán no cede y aumenta su producción de uranio, incluso a niveles más altos

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