La Fiscalía de Génova teme un “error humano” en el derrumbe del puente

La Fiscalía de Génova teme un “error humano” en el derrumbe del puente
Los equipos de rescate trabajan en las labores para recuperar a las víctimas del derrumbe | Alessandro Di Marco (efe)

La Fiscalía de Génova ha abierto una investigación para esclarecer las causas del derrumbe el martes de un tramo de un puente en esa ciudad italiana, que causó al menos 39 muertos y 16 heridos, y teme que la razón haya sido “un error humano”.
“No ha sido una fatalidad, sino un error humano”, dijo el fiscal general de Génova, Francesco Cozzi. El fiscal explicó que la investigación tratará de responder a “una sola pregunta, ¿por qué ha sucedido?”: “Este es nuestro objetivo y para lograrlo haremos todo lo que sea necesario”, agregó.
En torno a las 12.00 hora local del martes, un tramo de unos cien metros del puente Morandi, que tiene un kilómetro de longitud y una altura de 90 metros, se vino abajo y sepultó bajo los escombros a varios vehículos.
La retirada de escombros continúa. En el área trabajan mil agentes, entre bomberos, Policía municipal, estatal, miembros de protección civil y equipos de emergencia que buscan posibles supervivientes y limpian la zona con la mayor celeridad posible.
El Gobierno italiano se ha trasladado a Génova para mantener una reunión extraordinaria y decidir qué medidas tomar.

Dimisión
De momento, el ministro de Infraestructuras, Danilo Toninelli, exigió la dimisión de los directivos de la concesionaria Autoestrade per l’Italia, filial de Atlantia y responsable del mantenimiento del puente, después de que la compañía comunicara que estaba trabajando para asegurar el pavimento.
El ministro del Interior, Matteo Salvini, dijo que lo mínimo que puede hacer el Ejecutivo es retirar la concesión a la compañía.
“Una compañía como la que maneja ese tramo de autopista, que genera miles de millones de ganancias, debe explicar a los italianos por qué no ha hecho todo lo posible para reinvertir una parte de esas ganancias en seguridad”, declaró a la emisora Radio 24.
Austostrade per l’Italia aseguró ayer en un comunicado que el viaducto estaba sometido a controles periódicos, sujetos a la normativa del país. “Las labores en el viaducto estaban siendo supervisadas por los servicios técnicos de la autopista de Génova de forma trimestral, de conformidad con los requisitos legales, y a través de auditorías adicionales realizadas con equipos altamente especializados”, dijo Austostrade.
Por su parte, el directivo de la compañía Stefano Marigliani garantizó ayer en declaraciones a la Rai que las labores estaban siendo supervisadas y que no había elementos que advirtieran de un inminente peligro, por lo que no descartan “ninguna hipótesis”.
Una manutención deficiente y unos materiales pobres son algunas de las causas que explican que en los último cinco años se hayan desplomado otros cinco puentes en diversas regiones del país, según Massimo Mariani, del Consejo Nacional de Ingenieros.
Uno de los ingenieros que criticó lo ocurrido en Génova con mayor firmeza es el genovés Antonio Brancich, que ya había alertado en 2016 de que el viaducto presentaba posibles fallos.
“Yo ya había hablado de la tipología del puente, construido con materiales frágiles y que ha necesitado de un continuo mantenimiento en los últimos años”, declaró. Settimo Martinello, director general de 4 Emme, empresa de Bolzano que se ocupa de inspecciones y controles en puentes del país, recordó que muchos “puentes italianos tienen riesgo de derrumbarse” y que cada año “se vienen abajo varios”.
El siniestro en Génova ha sido el último de una serie de puentes que se han hundido en los últimos años. El más reciente se remonta a abril de 2017, cuando se desmoronó un viaducto en una carretera de la localidad de Fossano, en la región de Piamonte (norte).
Mientras, el Gobierno italiano decretó ayer el estado de emergencia en la zona del derrumbe y anunció que destinará cinco millones de euros para las primeras acciones urgentes.
El viaducto transcurre sobre una zona urbana en la que hay centros comerciales, edificios residenciales y áreas industriales, y los equipos de emergencia temen que puedan producirse ulteriores desplomes, por lo que han sido desalojadas 634 personas de edificios adyacentes. l

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