El director de Inteligencia Nacional de EEUU presenta su dimisión

El director de Inteligencia Nacional de EEUU presenta su dimisión
James Clapper alegó motivos personales para abandonar el cargo REUTERS/Carlos Barria

El director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, James Clapper, presentó ayer su carta de dimisión al Congreso por motivos personales, aprovechando el cambio de Gobierno con la llegada del republicano Donald Trump a la Casa Blanca. 
“Anoche entregué mi carta de dimisión, lo cual sienta muy bien”, dijo Clapper ante una comisión de la Cámara de Representantes ante un comentario del presidente demócrata en el que confiaba que siguiera en el cargo muchos años.
“He dejado pasar 64 años y ha sido un tiempo muy duro”, explicó Clapper sobre los motivos que le han empujado a tomar esta decisión, apuntando al sacrificio que ello supuso para su familia, según informa la cadena estadounidense CNN. 
El portavoz de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) aclaró que, si bien todos los cargos de libre designación deben presentar su renuncia a la espera de que el nuevo presidente les confirme o les cambie, en el caso de Clapper es definitiva. 
El todavía jefe de Inteligencia Nacional aprovechó su despedida para expresar su preocupación por “el creciente extremismo” en Estados Unidos y los llamados “lobos solitarios”. “Nuestro país se enfrenta a la mayor variedad de amenazas que he visto”, alertó.
Clapper llegó al cargo en 2010 después de una larga carrera militar y en el sector privado como experto en seguridad que llamó la atención del presidente saliente, Barack Obama, que le fichó como asesor personal.  

atención sanitaria
La principal preocupación de la población de Estados Unidos es la atención sanitaria, según una encuesta publicada ayer que muestra que el 21 por ciento de los ciudadanos esperan que el presidente electo, Donald Trump, dé máxima prioridad a esta cuestión en cuanto jure el cargo el 20 de enero.
Al menos un 16 por ciento de los estadounidenses esperan que las políticas de Trump giren fundamentalmente en torno a la creación de empleo, mientras que un 14 por ciento confía en que el presidente ponga en marcha lo antes posible una serie de políticas migratorias.
Según otro sondeo realizado en octubre, la mayoría de los ciudadanos quieren que disminuya el precio de los medicamentos y aumente el acceso a hospitales y médicos. Únicamente una minoría, el 37 por ciento, espera que Trump derogue completamente la ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, conocida como Obamacare.
“No podemos permitírnoslo, ese es el problema”, indicó Daphne Saunders, una residente de la ciudad de La Follete, en Tennessee, que perdió su trabajo en 2011 y estuvo pagando desde entonces unos 300 dólares (282 euros) al mes para hacer frente al pago de los medicamentos que necesita para afrontar la diabetes y una enfermedad coronaria. 
Por su parte Obama ha retado a Trump a mejorar su reforma sanitaria. El todavía presidente de Estados Unidos afirmó que apoyaría a su sucesor, Donald Trump, si es capaz de “mejorar” al actual sistema sanitario y ampliar la cobertura médica para la ciudadanía norteamericana.
Trump prometió derogar al menos parte del “Obamacare” una vez llegue a la Casa Blanca. Revisaría así una de las grandes reformas llevadas a cabo por Obama, que se propuso en 2010 ampliar la cobertura a personas con menos recursos y que Trump dice poder mejorar. n

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