El atentado más grave contra sedes cristianas de los últimos dieciocho años deja al menos trece muertos en Indonesia

El atentado más grave
contra sedes cristianas 
de los últimos dieciocho años deja al menos trece muertos en Indonesia
Los servicios de emergencias trabajan en la ciudad de Surabaya | EFE

El peor atentado en Indonesia contra centros religiosos cristianos desde 2000 causó al menos trece muertos y más de treinta heridos en la ciudad de Surabaya, en la isla de Java.
El jefe de la Policía Nacional Tito Karnavian, en declaraciones recogidas por el medio local Viva, responsabilizó de los tres ataques con explosivos a una familia indonesia que regresó de Siria, incluidos dos hijos de 18 y 16 años y dos hijas de 12 y 9.
Los ataques suicidas, reivindicados por el yihadista Dáesh o Estado Islámico, ocurrieron demanera sucesiva en la misa del domingo en una iglesia protestante, una católica y una pentecostal en la segunda ciudad del país asiático, de mayoría musulmana, y desde un primer momento, la policía señaló como autor de los ataques al grupo yihadista afín al Estado Islámico y con posibles vínculos con la familia, Jemaah Ansharut Daulah.

La primera de las explosiones, en la iglesia católica de Santa María, habría sido llevada a cabo por los dos hijos mayores de la pareja. Las imágenes de una cámara de seguridad compartidas en las redes sociales muestran a una motocicleta que se adentra en el templo e, instantes después, una nube de humo sale de la entrada.
La madre y las dos niñas se suicidaron con explosivos en la iglesia protestante de la calle Diponegoro, mientras que el padre llevó a cabo el atentado con un coche bomba en la iglesia pentecostal de la calle Arjuno. “Muchas motocicletas y automóviles ardieron y hay un cerco de cien metros”, indicó sobre este ataque un fotógrafo de la EPA, agencia participada por Efe.
Además, el equipo de desactivación de artefactos explosivos de la Policía Nacional neutralizó una bomba en el exterior de la iglesia en Diponegoro.

Condolencias
El presidente del país, Joko Widodo, transmitió sus condolencias a los allegados de las víctimas en una intervención televisada desde la iglesia pentecostal: “El terrorismo es un crimen contra la humanidad y no tiene relación con ninguna religión”, dijo Widodo.
Por su parte, el secretario general de la Asociación de Iglesias de Indonesi, Gumar Gultom, indicó en rueda de prensa que “no hay religión que enseñe violencia y asesinato, cualquier religión enseña humanidad, paz y amor”.
Es el peor ataque de este tipo en el archipiélago asiático desde que una serie de atentados con bomba en la Nochebuena de 2000 en varias ciudades terminase con la vida de dieciocho personas e hiriese a cerca de 100.
Aunque en los últimos años el objetivo principal ha sido la policía, las minorías religiosas, en especial la cristiana, también han sido blanco de los islamistas.

Los hechos tuvieron lugar después de que el martes pasado un grupo de prisioneros matase a cinco policías durante un motín con rehenes en una cárcel de máxima seguridad al sur de Yakarta que duró casi 36 horas y en el que murió también uno de los reos, un convicto terrorista.
Indonesia, un país de mayoría musulmana donde el 88% de los más de 260 millones de habitantes practica una forma moderada del islam, establece la máxima alerta las semanas antes del ramadán, que comienza esta semana, porque son fechas elegidas por los yihadistas para atentar.
Este país asiático registró varios ataques yihadistas, entre ellos el perpetrado en la turística Bali en 2002, con 202 muertos .

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