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jueves | 25 abril | 2024
Alepo volvió ayer a ser el escenario de una intensa ofensiva distinguida por nuevos bombardeos efectuados por aviones de combate rusos sobre zonas rebeldes mientras el Ejército sirio y otras fuerzas afines al régimen avanzaban otra vez hacia la Ciudad Vieja, uno de los bastiones de los grupos contrarios al presidente Bashar al Asad.
Los bombardeos rusos fueron dirigidos contra las líneas de suministros de los rebeldes, concentradas en Castello Road y Malá. La ofensiva por tierra del Ejército se centró mientras tanto en el barrio de Suleiman al Halabi, justo delante del frente abierto en la Ciudad Vieja.
Los rebeldes aseguraron haber repelido este último asalto. “Las fuerzas del Gobierno han perdido a varios combatientes y nosotros permanecemos en nuestros puestos”, declaró Abú Hamam, miembro de la facción rebelde Failaq al Sham. El Observatorio para los Derechos Humanos confirmó los bombardeos, así como los combates en Al Halabi, que describió como una especie de “toma y daca” entre ambos bandos sin avances claros por ninguna de las dos partes.
El Ejército, por su parte, prometió que insistirá en su estrategia tras hacerse el pasado jueves con el control de la posición clave del campo Handarat, en el norte de Alepo.
balance
Los combates y los bombardeos en el este de Alepo, controlado por los rebeldes y asediado por el régimen sirio, han dejado 338 muertos en las últimas semanas, entre ellos 106 niños, y han provocado heridas a otras 846 personas, 261 de ellas menores, según informó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Estamos pidiendo cuatro cosas: que cesen las muertes, que cesen los ataques contra la atención sanitaria, que los enfermos y heridos salgan y que entre la ayuda”, reclamó el responsable de gestión de riesgos de emergencia y respuesta humanitaria de la OMS, Rick Brennan. “La situación realmente es inconmensurable”, subrayó.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, condenó los últimos bombardeos sobre la ciudad de Alepo en apoyo a la ofensiva de las fuerzas gubernamentales sobre los barrios aún bajo control de las milicias insurgentes, y advirtió de que se trata de “crímenes de guerra”.
“Hay responsables que van a rendir cuenta”, afirmó Ayrault en referencia en particular a los bombardeos sobre instalaciones sanitarias y personal de emergencias. “Francia se está moviendo en el Consejo de Seguridad en estos momentos para poner freno a esta inaceptable tragedia”, añadió el jefe de la diplomacia francesa.
Por otro lado, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, anunció el viernes la creación de una comisión de investigación para analizar el reciente ataque a un convoy humanitario en la región siria de Alepo y reclamó “cooperación” a todas las partes implicadas.
El pasado 19 de septiembre, el ataque contra un convoy de Naciones Unidas y la Media Luna Roja en Urum al Kubra se saldó con al menos 18 muertos y dejó en suspenso el reparto de la ayuda humanitaria.
Ningún bando asumió la autoría de este incidente, que marcó a su vez el final de una frágil tregua en la zona.
