El presidente filipino intenta frenar los ataques terroristas

Miembros del ejército de Filipinas inspeccionan las licencias de conducir de los motociclistas en un puesto de control combinado de la Policía Nacional de Filipinas (PNP) en el área metropolitana de Manila, después que el presidente Rodrigo Duterte declaró un “estado de excepción” y ordenó una mayor seguridad a raíz de una explosión en un mercado de calle en la ciudad de Davao, sur de Filipinas el pasado viernes. Tras su polémica por los insultos lanzados contra Barack Obama, Duterte intenta recuperar el apoyo entre los filipinos con acciones propagandísticas. FOTO: REUTERS/Romeo Ranoco