9º-16º
miércoles | 24 abril | 2024
El que fue un escenario clave en la investigación de la muerte de la pequeña Asunta vuelve a ser inspeccionado. Pero esta vez por robo. Al parecer, la dueña, Rosario Porto, denunció que entraron en su propiedad y por este motivo acudió a la casa desde la cárcel para comprobar si estaba todo en su sitio o si, por el contrario, faltaban objetos de su propiedad.
Rosario Porto llegaba pasadas las diez de la mañana a Teo en un coche patrulla de la Guardia Civil desde la cárcel de Teixeiro, donde está recluida desde septiembre de 2013.
Llegó para ver lo que se habían llevado cuando entraron a robar el pasado día 5 de este mes y por cuyo asalto ya había presentado una denuncia.
Antes, el administrador, Juan Guillán, que fue su abogado cuando comenzó el caso Asunta, fue el que abrió la casa y esperó la llegada de Porto, además de ser él quien alertó del robo a las autoridades.
Porto recorrió las inmediaciones de la casa acompañada de dos agentes de la Guarda Civil que la custodiaron en todo momento. También en el interior estuvo algo más de una hora.
Al parecer, la alarma no se activó, según el administrador, por lo que no saben qué día se cometió ese segundo robo que sufrió la vivienda, aunque cree que fue el día 5.
Sin embargo, Guillán confirmó que aún no han hecho una valoración de los objetos que robaron, pero sí dijo que los daños son cuantiosos.
También pudo concretar que el asalto fue hecho por profesionales. Sospechan que entraron por un portal que hay en el camino que rodea la finca y accedieron a la vivienda tras romper un cristal de una ventana.
Guillán señaló que Rosario Porto se encuentra “mucho mejor” y, según se pudo ver, la madre de Asunta iba peinada, bien vestida y con zapatos de tacón.
Además, conforme a las imágenes de televisión, en todo momento mostró una actitud normal, caminando con paso firme e indicando a los agentes de la Guardia Civil los accesos.
Antes del crimen de Asunta denunció otro incidente en el chalé de Teo y otro en el piso de la calle General Pardiñas de Santiago en el que vivieron sus padres y que estaba acondicionando para trasladarse a él.
Porto, que permanece a la espera del juicio por el asesinato de su hija adoptiva Asunta, había solicitado poder realizar una visita al inmueble para comprobar si le habían sustraído alguna de sus pertenencias.
No es la primera ocasión que Porto recibe un permiso para abandonar el centro penal coruñés, ya que en los últimos meses ha recibido distintas licencias para, entre otros asuntos, ir al dentista o hacer unas gestiones en Hacienda.
La vivienda de Teo sufrió varios registros policiales durante la instrucción de la causa sobre la muerte de la pequeña Asunta, así como los pisos de los padres. En esta casa de Teo se localizaron trozos de una cuerda naranja, similar a otra hallada junto al cuerpo de la niña.
