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miércoles | 24 abril | 2024
La protesta de la flota del cerco tomó desde primera hora de la mañana de ayer Vigo con cortes de tráfico en los principales accesos a la ciudad y una concentración en la delegación de la Xunta. La protesta se saldó con un cambadés detenido y varios heridos, entre ellos cinco policías. El único arrestado pasará hoy a disposición judicial acusado de lanzar una bengala a un policía.
Casi sin dormir, armadores y marineros de distintos puntos de Galicia se desplazaron en autobuses y en furgonetas a la ciudad olívica para mostrar su malestar por el reparto de cuotas de jurel y caballa.
La protesta fue “in crescendo” a lo largo de la mañana con la quema de contenedores, lanzamientos de bengalas, pivotes de metal y trozos de plomo y la carga de los antidisturbios que el sector calificó de “desproporcionada” con porras y pelotas de goma. Y es que fue precisamente en el edificio de la Xunta donde los manifestantes pretendían ser recibidos por algún responsable donde se vivieron los momentos de mayor tensión porque los la Policía impidió la entrada e identificó a varias personas. A lo largo de la mañana, varios manifestantes abandonaron en autobuses la ciudad, pero en el puerto de Vigo quedó un retén de manifestantes.
El sector exige un reparto “justo” de la caballa y el jurel. Marineros y armadores se han quejado de que se hayan fijado históricos falsos y han reclamado que se fijen por número de tripulantes y recordaron que en Galicia más de 1.500 familias viven del cerco.
El patrón y armador de coruñés Marcos Alfeirán censuró que el reparto se ajuste a unos datos históricos “falsos” y propicie que el País Vasco, con una flota de 51 cerqueros, acapare el 70% de las cuotas de caballa, y Galicia el 30% con una flota de 155.
Se quejó de que la flota gallega, inmersa en un proceso de regulación desde hace veinte años, ahora sea “la más afectada” por el reparto de cuotas.
Reivindicó que se aplique el criterio del número de tripulantes por embarcación, de forma lineal, y en su caso ha detallado que tiene un barco con ocho tripulantes y le asignan una cuota de 2.500 kilos de jurel al año.
“No puedo ir a trabajar. ¿Cómo le voy a pagar al banco?”, se preguntó, y denunció que la Administración está “vendiendo” a la flota gallega del cerco.
Un patrón de Malpica, David Platas, relató que hace dos años y medio compró un barco y que la cuota que le han asignado es de 2.000 kilogramos para todo el año, cuando considera que “lo mínimo para sobrevivir” en su caso, con diez tripulantes, serían unos 400.000 kilogramos de jurel y unos 300.000 kilogramos de caballa.
