La sangre encontrada en el coche del único acusado era de Ana Enjamio

La sangre encontrada en el coche del único acusado era de Ana Enjamio

La Policía Científica localizó dos manchas de sangre de Ana Enjamio, que fue asesinada en la madrugada del 16 al 17 de diciembre de 2016 en Vigo, en el coche de César A.O., único acusado por estos hechos (compañero de trabajo de la joven, con quien había mantenido una relación) y que está siendo juzgado estos días en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en la ciudad olívica.

En la cuarta jornada del juicio por este caso han comparecido ante el tribunal varios peritos de Policía Científica, así como del Instituto Nacional de Toxicología, encargados respectivamente de realizar las inspecciones, obtención de pruebas y análisis de las mismas (tanto del escenario del crimen como las obtenidas en los registros del domicilio del acusado y de su coche).

Según han detallado estos especialistas, entre las evidencias que se recabaron, se localizaron manchas de sangre en el salpicadero y en el pulsador de un luneta térmica del coche del acusado. Tras los análisis del ADN, se determinó que esa sangre pertenecía a Ana Enjamio.

Asimismo, los peritos de Toxicología pudieron comprobar que, en algunas partes de la ropa que la víctima vestía cuando fue asesinada, había restos biológicos de César A.O., aunque su análisis no permite concretar ni el momento ni el modo en que fueron transferidos. De hecho, el propio acusado declaró en su día que, horas antes del crimen, había tenido un "escarceo" sexual con la víctima en el baño del hotel donde ambos acudieron a la cena de Navidad de la empresa.

APUÑALADA MIENTRAS LE TAPABAN LA BOCA

Por otra parte, en la sesión de este jueves han comparecido también las forenses que realizaron la autopsia del cuerpo de la víctima, así como los informes sobre la capacidad procesal y el estado del acusado.

Según las facultativas, Ana Enjamio presentaba varios tipos de lesiones: lesiones "de amenaza y tanteo", consistentes en pinchazos y erosiones por el abdomen y el cuello; lesiones "para acallarla", situadas en la mejilla y compatibles con la presión de una mano para taparle la boca; y lesiones "de defensa", localizadas en manos y antebrazos porque la chica trató de protegerse ante el ataque.

Asimismo, el cuerpo presentaba casi una treintena de heridas incisas por arma blanca, casi todas localizadas en la parte izquierda del pecho y de las que una docena le alcanzaron el corazón. Todas las heridas que presentaba tenían signos de vitalidad, es decir, la víctima estaba viva cuando se las infligieron.

Las forenses han explicado que, por las características de las heridas, éstas fueron realizadas con un arma de un solo filo, de entre 1,5 y 2 cm de ancho, y de "un mínimo" de 11 cm de longitud. Estas características coinciden en lo básico con las aportadas por otro perito, que analizó un corte en el neumático de una de las ruedas del coche de Ana, estacionado en las inmediaciones de su domicilio ( y que, según las acusaciones, fue realizado por César).

Asimismo, han subrayado que una sola de esas heridas penetrantes en el corazón le habría causado la muerte, pero su agresor le asestó decenas de cuchilladas, lo que denota que "hay una intención de asegurarse el resultado de muerte".

La sangre encontrada en el coche del único acusado era de Ana Enjamio

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