La pesca artesanal se opone a que se cree la reserva Os Miñarzos-Fin da Terra

La Asociación de Armadores de Artes Menores de Galicia (Asoar-Armega), entidad con sede en Corcubión, muestra a través de un comunicado su oposición a la, para ellos, mal llamada reserva marina de interés pesquero Os Miñarzos-Fin do Mundo. El escrito está avalado por cinco colectivos más, caso de la Asociación de Armadores del Cerco de Galicia (Acerga), la plataforma Plademar, Cofradía de Portosín, Verdagaia y Salva la Selva. Todos ellos piden que se anule el proyecto y que se cree una mesa de debate entre la Administración, sectores profesionales y asociaciones medioambientales para “recuperar de verdade os ecosistemas costeiros” y poner en marcha planes de “desenvolvemento racional e moderno da pesca artesanal e marisqueo”.
Las entidades firmantes aseguran que en el borrador del anteproyecto de decreto que persigue la creación de la citada reserva de interés pesquero, que abarcaría desde la ría de Muros y Noia hasta más allá de Cabo Fisterra, pasando por el Seno de Corcubión, se recogen objetivos ambientales y pesqueros aparentemente muy loables, pero que “funcionan como unha cortina de fume para disimular os seus verdadeiros efectos sobre os ecosistemas costeiros da zona e a pesca artesanal e o marisqueo”.
Los seis colectivos consideran que la profunda crisis ambiental y productiva que se vive en las rías y el litoral gallego, que tiene sus principales manifestaciones en el acusado descenso de las capturas y la crisis socioeconómica que registran los sectores productivos, no se debe a la sobreexplotación sino a los continuos impactos ambientales y al deterioro progresivo de la calidad de las aguas marinas y la consiguiente destrucción de los ecosistemas.
Asoar-Armega y el resto de firmantes del manifiesto creen que los esfuerzos tienen que centrarse necesariamente en eliminar las fuentes de contaminación y degradación de los ecosistemas marinos. Por contra, afirman, en el citado borrador del anteproyecto de decreto “dase o visto e prace ás gaiolas de salmón de Muros-Noia e a establecementos semellantes”. De esta forma, para estos colectivos está claro que “estamos diante dun intento de lexitimar, baixo a palabra reserva mariña (?), as instalacións actuais do cultivo de salmón, ampliamente rexeitadas polo sector, grupos ambientais e amplos sectores da sociedade, e servir de cobertura a futuras instalacións de acuicultura industrial e os graves impactos ambientais que se van a orixinar”.
Su teoría de que lo que se pretende no es crear ninguna reserva marina, la refuerzan con el argumento de que esos espacios “son os equivalentes aos parques naturais nos mares e costas. Son zonas nas que se prohíbe a actividade extractiva, así como as accións de vertedura”. Inciden también en que las reservas marinas contribuyen a conservar los recursos pesqueros y permiten la continuidad de la actividad en el tiempo, además de beneficiar de a más sectores, como el turístico.
En base a todo ello, las seis entidades concluyen afirmando que el proyecto en cuestión “non é unha reserva mariña, senón un intento de medio privatizar e xestionar unha zona importante á marxe da lexislación actual, onde se permita e promova a acuicultura intensiva industrial, non se tomen medidas contra a contiminación actual e se restrinxa o acceso á pesca e o marisqueo tradicional”.