El perro de raza pitbull que atacó ayer a una mujer en el municipio pontevedrés de Mos se soltó de la cadena con la que estaba amarrado tras alterarse, según las primeras hipótesis que maneja la investigación, por las obras de asfaltado que se realizaban en la calzada.
Fuentes policiales confirmaron que la mujer, María C.R., de 76 años, trató de calmar al animal y atraerlo a la casa, pero el perro, de una raza potencialmente peligrosa –debidamente identificado con microchip y anotado en el registro municipal–, se soltó y acabó mordiéndola en varias partes de su cuerpo.
Al igual que ocurrió con los dos perros cruce de dogo de Burdeos con bóxer que atacaron a una mujer en Covelo, el pitbull que atacó a la mujer en Mos se quedará bajo custodia en el Centro de Acollida e Protección de Animais (CAAN) de la Diputación de Pontevedra, a donde ha sido trasladado. De hecho, sobre los dos perros cruce de dogo Burdeos y bóxer, tras pasar la cuarentena que marca la normativa, han sido trasladados a un canil interior del centro de acogida, separados de otros animales, para lo que se procedió también su sedación con el fin de “evitar problemas para los cuidadores”.
El ataque sucedió apenas tres días después del de Covelo. La octogenaria herida permanece en estado grave, si bien en la tarde noche del lunes, después de ser desintubada, pudo “hablar” con sus hijos. El pronóstico de María Dolores Álvarez es reservado y el temor que tienen ahora, tanto hijos como médicos, son las posibles infecciones, ya que, además, la mujer tiene diabetes.
“Ella no sabe lo que tiene, quien hablase con ella podía decir que no pasó nada”, manifestó su hijo Adolfo Martínez Álvarez, quien indicó que poco más saben de su situación de salud. “Los médicos bastante hacen”, elogió.