Un perito ratifica que el exceso de velocidad fue la “gran clave” en el accidente del Alvia

Un perito ratifica que el exceso de velocidad fue la “gran clave” en el accidente del Alvia
GRA188 SANTIAGO DE COMPOSTELA, 10/06/2015.- El perito judicial de telecomunicaciones César Mariñas, a su llegada esta mañana a los juzgados compostelanos para declarar ante el juez instructor por el caso del tren Alvia accidentado en

José Manuel Lamela, el primer perito judicial que prestó ayer declaración ante el titular del juzgado número tres de Santiago, Andrés Lago Louro, que lleva la investigación del siniestro del Alvia, ratificó ayer su informe, en el que sostiene que la “gran clave” del accidente fue “el exceso de velocidad”.
Lamela, ingeniero industrial, señaló, finalizado un interrogatorio de dos horas “tremendamente exhaustivo”, que en su declaración secundó “totalmente” el análisis entregado, ya que el tren Alvia sí presentaba “defectos” en las “operaciones de mantenimiento”, pero no tuvieron “repercusión” en el accidente.
“El tren iba demasiado rápido para poder tomar la curva”, zanjó Lamela.
Este perito también entregó el informe realizado por el Centro de Investigación en Tecnologías Ferroviarias (Citef), un simulacro que estudia cuál es la velocidad crítica a la que se produciría el descarrilamiento. Un estudio que, según manifestó Lamela, “arroja poco más”, puesto que señala que el modelo de tren que descarriló, el 730, se accidentaría a una velocidad de 156 kilómetros por hora.
Tras él, prestaron declaración ante el juez instructor otro ingeniero de caminos, José Carlos Carballeira y uno de telecomunicaciones, César Mariñas.
Lamela señaló en su informe que “del análisis de toda la documentación, trámites y plazos correspondientes a las Autoridades de Puesta en Servicio y de Circulación obtenidas por los trenes Alvia S730, se desprende que se ajustaron y cumplieron, en todo momento, con las normas reguladoras de estos procedimientos”. Añadió que “a la vista de los datos almacenados en el Registrador Teloc 2500 embarcado en la Cabeza Motriz 2, los dispositivos de freno del tren Alvia 730.012 funcionaron correctamente”.
El ingeniero industrial relató que recoge en su informe que “debe subrayarse que ninguna de las actividades de mantenimiento no realizadas adecuadamente indicadas, ni en conjunto, ni cada una de ellas por separado, pueden incluirse como causas que hayan podido contribuir al descarrilamiento ocurrido el 24 de julio de 2013 en la curva de A Grandeira”.
Por su parte, Carballeira ratificó también las conclusiones recogidas en su informe, en las que señala que “de la revisión de la documentación entregada relativa al plan de mantenimiento del material rodante y el libro de reparaciones de la cabeza motriz 2 no consta se haya incumplido normativa”.
En relación con la Homologación del Tren S-730, apunta que “se han cumplido los requisitos formales establecidos por la Orden FOM/233/2006 de 31 de enero de 2006 que es la que la regula”, Al mismo tiempo, destacó que “se han cumplido también los requisitos técnicos exigidos, ya que se han realizado las pruebas necesarias para su homologación para puesta en servicio de Segundo nivel, cumpliéndose las normas NTC MA.001 y NTC MA.007 afectadas por las modificaciones realizadas en los vehículos”. Carballeira apuntó que “la decisión de desconexión del sistema ERTMS-ASFA analógico debido a los diversos fallos presentados y sustituirlo por el ASFA digital no produjo una merma de la seguridad, es decir, el sistema ASFA digital en el tramo Ourense-Santiago proporciona una seguridad análoga a la del sistema ERTMS-ASFA analógico de la puesta en servicio.
Por su parte, el abogado Manuel Prieto, que representa a Francisco José Garzón Amo, el maquinista del Alvia, consideró que los informes presentados por los tres ingenieros “indican que hay responsabilidades ajenas al maquinista”.

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