El médico acusado de la amputación a una gimnasta dice ser “el primer entristecido”

El médico acusado de la amputación a una gimnasta dice ser “el primer entristecido”
Un momento del juicio al doctor acusado de lesiones ep

El traumatólogo del centro El Castro-Hospital Perpetuo Socorro de Vigo acusado de lesiones por imprudencia grave por la atención a la deportista Desirée Vila, a la que amputaron una pierna, Pedro M.L.P., aseguró ayer que “nunca” pensó que la lesión de la gimnasta “iba a acabar como acabó”. “El primer sorprendido y entristecido soy yo”, remarcó durante la primera jornada del juicio.
En este marco, defendió que cuando la joven fue trasladada al Hospital Povisa “la pierna era viable”. “Si se opera bien se salva, pero durante el bypass hubo errores técnicos importantes”, mantuvo el médico, que redirigió la acusación al cirujano cardiovascular que la atendió en el segundo hospital. “Se inventó que había isquemia” cuando llegó del traslado, indicó.
Por su parte, el cirujano, que declaró como testigo, remarcó que la gimnasta entró en Urgencias de Povisa más de tres días después del accidente, y al examinarla ya detectó isquemia crítica. Ante esto, pidió una angiografía y la pasó “inmediatamente” al quirófano, donde trató de hacerle hasta tres bypass sin éxito, lo que derivó en la amputación.
De acuerdo con su relato, desde el momento en que el traumatólogo le informó por teléfono de la situación pensó “que la pierna estaba perdida”, pues llevaba isquémica “88 horas”, no obstante operó para “buscar ese 1% de posibilidades de salvarle la pierna”. “No tengo ninguna duda de que el bypass no funcionó por la isquemia de más de 80 horas”, remató.
La propia Desirée compareció ayer y, al igual que sus padres, manifestó que en El Castro los dedos del pie no tenían sensibilidad y “estaban fríos”. “Notaba como que la pierna ya estaba muerta”, comentó, antes agregar que le decían que iba a poder caminar y en Povisa al reconocerla el cirujano ya le dijo que “la pierna estaba perdida al 90%”.
En la vista, Pedro M.L.P. remarcó que la joven ingresó con diagnóstico de fractura de peroné y el médico de guardia vio que tenía “buen pulso”. Así, le llamó para informarle sobre la paciente, pues se encontraba libre de servicio aunque localizado, si bien dijo que consideró “que no era necesario” desplazarse hasta el centro porque el facultativo de guardia “no trasmitió gravedad ni que fuera necesario que fuera”.
Posteriormente, reconoció que recibió una segunda llamada indicando que la joven presentaba falta de sensibilidad y movilidad en los dedos, debilidad en el pulso y la pierna “muy hinchada”, pese a lo que consideró que todo ello “no tiene que ser síntoma de isquemia” necesariamente. Por ello, la exploró al día siguiente a las 11.00 horas.

“por y para el deporte”
Por su parte, la madre sostuvo que Desirée, que “vive por y para el deporte” y hasta el accidente “entrenaba tres horas al día seis días a la semana, en El Castro presentaba la pierna “sin sensibilidad, fría y azul” pero le dijeron que seguía “el proceso normal”. En cambio, recalcó que los profesionales de Povisa “tenían clarísimo que no se podía hacer nada porque la pierna llevaba cuatro días isquémica”. n

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