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jueves | 25 abril | 2024
En su tercera y última jornada de declaración ante el tribunal que juzga los daños por el vertido de fuel provocado por el hundimiento en 2002 del buque \“Prestige\” frente a las costas gallegas, el capitán del petrolero, Apostolos Mangouras, pasó de presunto responsable a presumible héroe. Y acusador.
El marino no dudó en sentenciar que las autoridades españolas son las causantes de que el vertido se extendiese por toda la costa cantábrica y alcanzase el litoral francés.
Como en ocasiones anteriores, consideró que la decisión de alejar el barco de la costa \“fue la peor posible\” y aseguró que si este hubiese sido conducido a un puerto refugio, en lugar de llevarlo mar adentro –\“rumbo a ninguna parte\”, apuntó– se habría evitado extender la contaminación a lo largo de casi tres mil kilómetros.
Mangouras declaró que \“nunca entendió\” las \“órdenes\” de las autoridades españolas, y reiteró que en una zona de abrigo el buque \“se podría haber salvado\”.
Afirma que siempre buscó proteger el \”Prestige\”, la carga y el medioambiente
Más relajado que en anteriores jornadas, pero igual de firme en sus palabras, el marino negó que el barco que gobernaba hace diez años fuese una \“chatarra flotante\”, como lo calificó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Recordó entonces que el \“Prestige\” había superado cinco inspecciones, la última de ellas en San Petersburgo (Rusia) pocos días antes de iniciar el que sería su último viaje.
Así, insistió en que la corrosión que en jornadas anteriores reconoció haber detectado en los tanques de lastre antes de iniciar el viaje eran \“habituales\” en todos los barcos.
Apuntó además que dado el estado del mar en la jornada del accidente, que calificó de \“fenómeno\”, con \“olas gigantes\” mantuvo la tesis de que la fisura en los tanques de lastre se produjo por un elemento que \“golpeó\” el barco y no por defectos en el mismo.
Sobre el estado del petrolero, en el que tanto la acusación como la defensa basan sus estrategias, habló a continuación Mangouras para confirmar que los sistemas de calefacción funcionaban perfectamente, posibilitando así un trasvase de la carga que el abogado del capitán propone como uno de los ejes de su argumentación para exculpar al capitán.
El otro es que el buque, cuando todavía era gobernado por el marino griego, nunca corrió riesgo de colisionar con la costa gallega. Mangouras aseguró al respecto que no había fundamento para la \“histeria\” –como calificó el abogado– por que el \“Prestige\” se acercase al litoral. En cualquier caso, añadió, había preparado las anclas en caso de necesidad, por lo que la colisión quedaba descartada.
\“Fue el peor día de mi vida\”, recuerda el marino sobre su detención
Preguntado por su letrado si era consciente del \“valor heroico\” de su decisión –junto con el jefe de máquinas y el primer oficial– de quedarse en el barco tras el accidente, indicó que \“sí\”. \“Y lo he pagado muy caro\”, añadió antes de defender que sus actuaciones en las horas posteriores buscaron en todo momento \“proteger el buque, la carga, el medioambiente y a la tripulación\”.
Relató que durante unas setenta horas no se movió de la cubierta del barco, sin dormir ni comer, apenas sustentado por café, que era lo único que podía preparar la tripulación dadas las condiciones en las que se encontraba el buque, accidentado, con una importante escora y en medio de un temporal.
Explicó a continuación que nunca pensó que tras abandonar el \“Prestige\”, el 15 de noviembre de 2002, dos días después de que este empezase a zozobrar, fuese a ser tratado \“peor que un criminal\” por las autoridades españolas.
\“Creía que iba a ser tratado como un marino que había sufrido un accidente\”, insistió el capitán, quien consideró que aquel en el que fue recluido en un calabozo tras ser evacuado del buque fue \“el peor día\” de su vida.
Mangouras, que concluyó ayer su declaración, denunció por abusivo su encarcelamiento durante varios meses y puntualizó que ha sido el único marino en ingresar en prisión tras un accidente de las características del que sufrió el \“Prestige\”.
