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viernes | 19 abril | 2024
Un compañero de piso de Mónica Juanatey, la mujer acusada de ahogar a su hijo de 9 años en Menorca y abandonar luego su cuerpo en el interior de una maleta aseguró ayer que, después de la desaparición del niño, puede que la mujer “estuviera decaída” y que “quizá la notó un poco nerviosa” cuando le preguntó por él.
El hombre declaró ayer en la Audiencia de Palma, a través de una videoconferencia, que mantenía una relación superficial con la acusada por lo que no la conocía lo suficiente como para saber con seguridad si su estado de ánimo había cambiado después de que el niño, supuestamente, volviera a Galicia con sus abuelos, según le comentó.
una buena madre
También prestó testimonio ayer una amiga de Mónica que la conoce desde cuando esta vivía en Noia. La testigo describió a la acusada como una “buena madre” y reconoció que recibió mensajes suyos entre el 12 de julio y el 7 de noviembre de 2008, presuntamente posteriores a la muerte del niño, en los que Juanatey le contaba que el niño estaba “muy bien” y que había hecho la primera comunión.
Mónica Juanatey Fernández se enfrenta a una pena de 20 años de cárcel por haber ahogado en la bañera de su casa al menor, César, en el verano de 2008, unos hechos que reconoció ante la Policía y el juez de instrucción tras ser detenida en el año 2010, cuando se halló la maleta con el cuerpo.
Cuando fue preguntada sobre porqué se declaró culpable del asesinato ante la Policía y el juez instructor, manifestó que lo hizo porque los agentes le comunicaron que tenían pruebas de que había muerto ahogado, aunque recordó que hasta entonces siempre dijo que no se acordaba y que había sido un accidente.
La defensa de Juanatey pide la absolución alegando que la mujer abandonó el cuerpo de César “confundida al ver a su hijo fallecido y movida por el horror”.
El fiscal en cambio la cree responsable del asesinato y ha asegurado que tras el juicio quedará probada la “red de mentiras que ha forjado la acusada a lo largo de su vida”. n
