Las labores de rastreo reiniciadas ayer por ingenieros del Ejército de Tierra y agentes de la Guardia Civil en fincas en Tenorio-Cotobade de Ramiro Villaverde, el único imputado por la desaparición de María José Arcos, no encontraron indicios de que fuera allí enterrada, según fuentes de la investigación.
En los primeros trabajos realizados, aparentemente no se halló nada que permitiera indicar que los restos fueron enterrados en esa parcela, pero no se realizó todavía el trabajo en el laboratorio, tarea que se acometerá cuando concluyan las exploraciones, según las fuentes. María José, vecina de Santiago, desapareció en Corrubedo en agosto de 1996.
Las últimas > La defensa de Ramiro Villaverde espera que las actuales sean las últimas prospecciones en propiedades de su cliente e insistió en pedir la nulidad de estos trabajos porque se están realizando en parcelas anexas sobre las que no había autorización y porque parte se desarrolló en zonas “sin interés para la causa” porque fueron adquiridas en 2008, seis años después de la desaparición de María José.
Asimismo, aludió al perjuicio causado en las propiedades rastreadas y a la “dilación más de lo deseable” del procedimiento judicial iniciado, que está causando “un gran desgaste público” al único imputado por la desaparición de María José Arcos.
La defensa de Ramiro Villaverde insistió en solicitar el archivo de la causa en base a que “no hay datos objetivos ni nada en absoluto” en contra de su patrocinado, o al menos que se le retire la condición de imputado.