La Academia apela a la voz crítica de Vidal Bolaño para lanzar un mensaje a los “mercados”

La Academia apela a la voz crítica de Vidal Bolaño para lanzar un mensaje  a los “mercados”
alonso montero, feijóo y regueira aplauden a ledo, tras pronunciar su discurso en el plenario efe/lavandeira jr.

Xesús Alonso Montero recurrió al artificio para el cierre de la sesión plenaria extraordinaria pública de la RAG, con motivo del Día das Letras, y apeló a la “voz crítica” del homenajeado, el dramaturgo Roberto Vidal Bolaño, una característica que le sirvió para lanzar un mensaje a los denominados “mercados”.
“Elecciones planetarias”, reivindicó Alonso Montero, entre quienes “estén a favor” y “en contra” de los mismos, porque en este “tiempo mayúsculo”, merced a la crisis, el mercado es “implacable” y “tenebroso”.
“Los dramaturgos nos van a liberar” de su “tiranía”, defendió, porque los dirigentes ante la confusión “no saben qué hacer”. Por ello, celebró que en la historia del teatro gallego haya una “voz crítica” como era la de Vidal Bolaño, que parece “fácil decirlo” pero hay voces que no lo son, “y quien no lo sea no merece el apelativo de intelectual”.

nariz de payaso
La académica Margarita Ledo se colocó la nariz roja de payaso, en honor a esa imagen icónica del homenajeado, y trajo a colación el ensayo “Discurso sobre el hijo de puta”, del portugués Alberto Pimenta, un gesto que le agradeció Alonso Montero porque este autor levantó con la mencionada obra “la espada de su denuncia”.
Ledo centró su intervención en un análisis minucioso de esos individuos eternos, los hijos de puta, porque los métodos cambian pero la esencia permanece.
Euloxio Ruibal reparó en las notas de ese humor “frívolo”, en ocasiones, y siempre “retranqueiro” de Vidal Bolaño, aparte de disertar sobre “Días sen gloria” y “Doentes”, esta última con una peculiar peregrinación tan magistralmente contada por Vidal Bolaño y esa Compostela “poseída” por la locura y la bruma, con un clima “fantasmagórico y de misterio”. Vidal Bolaño, subrayó, es de “esos excelsos escritores teatrales gallegos de todos los tiempos”.
Francisco Fernández Rei recordó que la última vez que vio a Roberto Vidal Bolaño, este estaba sentado en la terraza de un café santiagués, el Rúa Nova, con su chapeu, que nunca abandonaba, y fumando. Después, en contra de lo que Fernández Rei suele hacer, acudió a su entierro en el cementerio de Boisaca y cerca del panteón vio como todo lo cubría una bandera gallega, con la estrella roja, sobre la que recayó una nariz de payaso, que puso alguien, y un libro.
Vidal Bolaño era, apuntó, uno de esos “soñadores de una Galicia liberada, con el gallego como lengua normalizada”.
Normalizar el uso de la lengua continúa siendo, aunque ya no viva Vidal Bolaño, destacó, un desafío. “Él era un payaso incómodo que redactó, dirigió e interpretó”.
El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, presidió este acto, y entre los asistentes estaban, entre otros, el conselleiro de Educación e Cultura, Jesús Vázquez; el secretario xeral de Cultura, Anxo Lorenzo; la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo; el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez, y el alcalde de Santiago, Ángel Currás.

Encuentros teatrales
A Vázquez se dirigió Alonso Montero y celebró su idea de una serie de encuentros con el mundo teatral para celebrar los cuarenta años de Abrente, denominado también Xeración Abrente o Grupo de Ribadavia.
La anécdota del día la marcó el presidente de la RAG, al agradecerle a Juan Casares Long su presencia y referirse a él como “el secretario” de la universidad de la que él mismo forma parte.
Avisado de su error, lo corrigió, y ensalzó con una sonrisa, y tras disculparse, la tarea de Casares Long como rector de la Universidad de Santiago.
El error provocó sonrisas en el auditorio, en el que también estaba el líder del PSdeG, al que Alonso Montero saludó como Manuel, y luego especificó que se le conocía más como Pachi.
Para la clausura, que fue seguido por familiares de Vidal Bolaño, representantes de la cultura y gente llegada de diferentes puntos de Galicia, el gaiteiro compostelano David Canto interpretó el himno gallego.

La Academia apela a la voz crítica de Vidal Bolaño para lanzar un mensaje a los “mercados”

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