El hijo del electricista lloró al ver el dinero que tenía su padre

El hijo del electricista lloró al ver el dinero que tenía su padre
GRA041 SANTIAGO DE COMPOSTELA, 27/01/2015.- El electricista Manuel Fernández Castiñeiras, autor confeso del robo del Códice Calixtino, junto a su abogada, Carmen Ventoso, a su llegada al los juzgados, donde se celebra el quinto d&iacu

Jesús Fernández Nieto, hijo del electricista Manuel Fernández Castiñeiras, acusado del robo del códice Calixtino, rompió a llorar al saber que su padre tenía hasta 2,3 millones de euros escondidos en diferentes dependencias de su propiedad.
En la quinta sesión de la vista oral en la que se juzga la sustracción del manuscrito del medievo de la catedral de Santiago, una agente que coordinó las investigaciones relató que Jesús “no se imaginaba” la mayúscula suma de dinero que atesoraba el cabeza de familia.
No obstante, esta testigo contó que ellos siempre trabajaron con la teoría de que los parientes de Fernández Castiñeiras eran conscientes de que existían apropiaciones indebidas, puesto que las propiedades inmobiliarias que poseen jamás podrían comprarse fruto de su oficio.
La agente contó que Jesús pareció sorprenderse al ver el dinero que se le incautó a su padre en el domicilio, donde residía con su esposa y madre de este joven, la costurera Remedios Nieto, y manifestó que, no obstante, este muchacho no expresó la misma sensación al ver los hallazgos monetarios producidos en el piso en el que él residía con su novia y que es propiedad de su padre.
“En la suya no hubo una reacción especial”, subrayó la agente, y contó que Jesús y Remedios tenían la prohibición de “tocar las cosas” de Fernández Castiñeiras almacenadas en una habitación del piso de sus padres, en Milladoiro.
Tampoco podían acceder a otro habitáculo de la casa en la que vivía con su novia. En los demás lugares no existía este veto.
Esta agente señaló que los investigadores no esperaban que Manuel Fernández Castiñeiras, más conocido como Manolo, manejase una cantidad de dinero tan alta, y esto no es baladí, puesto que lo que ocurría era que se desconocía “cualquier otra sustracción” en el templo. Solo se sabía de “una falta”, y era la del códice Calixtino.
En la sesión del lunes, el jefe de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía, Antonio Tenorio, comentó que Jesús informó de la existencia del garaje en el que se localizó la joya literaria que había sido sustraída.
La agente recordó que Fernández Castiñeiras dijo a la Policía que la documentación encontrada en sus propiedades la sustraía por “curiosidad”, pero, en cambio, de los facsímiles del códice Calixtino que fueron requisados, explicó que éstos procedían de una compra directa en la tienda de la catedral y de un regalo del otrora deán José María Díaz, algo que éste último negó la semana pasada.
En la jornada de ayer, también declararon otros policías que participaron en la investigación.

El hijo del electricista lloró al ver el dinero que tenía su padre

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