El hermano del hombre apuñalado en San Cristóbal das Viñas niega un suicidio

El hermano del hombre fallecido en San Cristóbal das Viñas el 17 de julio del año 2012, que ejerce la acusación particular, niega que la víctima tuviese depresión alguna y, por ende, que se hubiese intentado suicidar.
Así, ha desmontado esta mañana la versión del acusado, quien desde el primer momento alegó que su compañero se suicidó, una teoría que mantuvo el día 16 tras sentarse en el banquillo al estar acusado de homicidio en una causa que será juzgada por un tribunal popular.
En la misma sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña, donde hoy ha continuado la vista, reconoció el acusado la semana pasada que el arma empleada, un cuchillo, es de su propiedad, pero indicó que este instrumento fue el que usó la víctima, -y no él en crimen alguno-, para quitarse la vida.
El hermano del fallecido, que este lunes ha comparecido en calidad de testigo, ha contado que no conoce al acusado, a pesar de que éste se ha declarado como "el mejor y único" amigo de su hermano.
En la sesión de hoy, se ha recordado que el acusado incurrió en numerosas contradicciones, tanto con testigos como con cámaras, y que son éstas las que han llevado a valorar en un primer momento el delito de omisión de socorro, que es por el que se le detiene, y a continuación, la posible participación en un homicidio.
En una primera declaración el acusado había indicado que no acompañó a la víctima hasta el lugar en el que sucedieron los hechos. En otra posterior, en cambio, el presunto agresor sí reconoció haber visto al fallecido con el cuchillo, utensilio que trató de quitarle de las manos, de forma que cayó sobre él, clavándose así el cuchillo.
Es lo que han declarado dos policías en las testificales en base a la información que les fue facilitada.
En la investigación se descartó el suicidio, porque el propio herido en la llamada que realiza al 061 el día de los hechos repite "en dos ocasiones" la acusación "me han apuñalado".
Después se mostró reticente al ser preguntado quién y también a la hora de dar una descripción del responsable.
La acusación particular baraja el móvil económico como motivo del presunto asesinato, ya que según han afirmado diversos testigos, vecinos del barrio y camareros de los bares que frecuentaban tanto el imputado como el fallecido, el segundo, en julio del 2012 "tenía más dinero de lo habitual".
Todo lo contrario que el presunto asesino, quien ese mes no disponía de liquidez, como han mostrado sus cuentas, posteriormente examinadas por la policía.
Esta es una teoría sin embargo que los dos hijos del acusado, que han testificado esta tarde, han desmontado, ya que los dos trabajaban y sostenían "las facturas de la casa" y a su padre, "siempre que necesitaba le dábamos", ha apuntado la hija.
El presunto agresor y la víctima, tal y como consta en las grabaciones de las cámaras de seguridad de una gasolinera cercana, caminaban juntos esa tarde y en un momento dado el fallecido se desplomó.
Después, el acusado habría huido y ocultado el arma blanca, en base a su testimonio, porque se asustó.
La lesión alcanzó a su amigo, de 38 años, en el hígado y el estómago. Este hombre fue trasladado a un centro médico donde pereció dos días más tarde.
La Fiscalía solicita que el acusado sea condenado a 12 años de cárcel y a pagar una indemnización de 140.000 euros al hermano de la persona muerta, el único familiar directo del fallecido que está con vida puesto que su madre, con la que convivía, murió poco después de este suceso.
La acusación particular ejercida por el abogado Manuel Ferreiro pide 18 años de cárcel y una compensación económica de 60.000 euros.

 

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