La flota del cerco protagoniza una batalla campal frente al Parlamento

Una verdadera batalla campal se vivió ayer en las calles de Santiago. El duro enfrentamiento tuvo lugar entre unos 1.500 marineros de la flota de cerco de Galicia y la Policía Nacional, que cargó con contundencia.
Los marineros de cerco no fueron los únicos, ni los primeros, en protestar ayer en frente al Parlamento gallego. Horas antes lo intentaron los alcaldes del PSdeG y del BNG contrarios a la subida de los precios de Sogama. Ellos también intentaron entrar en la Cámara gallega, si bien los antidisturbios lograron impedirlo sin que se vivieran mayores momentos de tensión.
Tras la marcha de los alcaldes (entre los que se encontraban varios dirigentes políticos como Xavier Vence, José Ramón Gómez Besteiro, Xosé Manuel Beiras o Martiño Noriega), llegó el turno de la flota pesquera en protesta por el injusto reparto de cuotas de xurel y xarda, que se fue recrudeciendo.
Los manifestantes, entre los que había familias enteras y niños, partieron a las 11.00 horas de la plaza del Obradoiro y se dirigieron en primer lugar a la Xunta y después al Parlamento, lugar en el que se vivieron las escenas de mayor tensión y que obligaron a intervenir a los bomberos a causa de los contenedores calcinados.
Uno de los portavoces, José Blanco, resumió a su llegada al exterior de la sede legislativa, donde se celebraba un pleno ordinario, el sentir general: “¡Esta gente tiene hambre! Si quieren estaremos encerrados hasta que se arregle el problema. Que no les manden echarnos para fuera. Nosotros no somos vándalos. Somos trabajadores que pagamos impuestos”.
Sonoras pitadas y empujones prosiguieron a esta declaración, en un ambiente de elevado nerviosismo que llevó a algunos políticos a hacer varios intentos para atemperar los ánimos.
Momentos de tensión contenida precedieron a una verdadera carga de los antidisturbios, que habían formado una hilera de protección del Parlamento para evitar que fuera asaltado.
El enfrentamiento comenzó con algunas botellas lanzadas por los marineros contra los policías, que aguantaron bastante tiempo antes de cargar. Pero llegó la orden de poner fin a la manifestación y se desencadenó la batalla.
Contenedores de basura incendiados y mobiliario urbano destrozados fueron la respuesta de los marineros, mientras que los agentes se emplearon a fondo con las pelotas de goma, lo que provocó que algunos de los manifestantes sufriera contusiones.
Incluso algunos políticos que salieron del Parlamento para intentar mediar se vieron en medio de una auténtica guerra. Fue el caso de la diputada nacionalista Montse Prado, quien acabó en Urgencias tras intentar evitar que varios agentes golpearan y detuvieran a un manifestante.  
El balance final fueron ocho policías heridos y tres manifestantes detenidos, que quedaron en libertad con cargos horas más tarde acusados de vandalismo y escándalo público.
La propia Delegación justificó el uso de la fuerza por parte de los agentes “para repeler las embestidas de grupos violentos”. Además aseguraron que la manifestación no estaba autorizada.