La explosión de Tui deja una pareja muerta, dos niños huérfanos y 37 personas heridas

La explosión de Tui deja una pareja muerta, dos niños huérfanos y 37 personas heridas
Equipos de desactivación de explosivos y desescombro trabajan en la zona cero | salvador sas (efe)

La explosión producida por material pirotécnico almacenado de forma ilegal en una nave anexa una vivienda en Paramos, Tui (Pontevedra) deja de momento un matrimonio fallecido, dos niños de trece y ocho años huérfanos y 37 personas heridas, de las que seis siguen ingresadas y otras dos están en observación, si bien sus vidas no corren peligro.


A primera hora del día los equipos de rescate y de emergencias retomaron los trabajos una vez que a última hora del miércoles los equipos de desactivación de explosivos asegurasen el lugar.

Al poco de comenzar los trabajos de desescombro se confirmaron las peores expectativas y los servicios de rescate recuperaron un cuerpo de la misma vivienda en la que había aparecido el cuerpo de una mujer. Con el avance del día se confirmó que se trata del marido de la mujer muerta, ambos de origen marroquí, y sobre quien los equipos de emergencia seguían la pista. Fue su hijo de trece años, herido en la explosión, quien indicó a los servicios sanitarios que sus padres podrían haber muerto en la explosión. Junto a él estaba su hermano menor, de ocho años.

“Los niños estaban convencidos de que sus padres podrían haber muerto y fue el indicio que usamos. Lamentablemente tenían razón”, señaló el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en declaraciones a los medios, durante su visita a la zona arrasada por la explosión. Feijóo apuntó que “es lo peor de todo lo que ha ocurrido: ver dos huérfanos siendo conscientes de lo que había pasado y de que sus padres podrían haber muerto”.


El matrimonio llevaba más de diez años afincado en este municipio, según confirmaron varios miembros de la comunidad musulmana tudense, y ambos tenían la nacionalidad española.

Según explicaron sus allegados, la mujer no trabajaba fuera de casa, mientras que su marido, que actualmente estaba en paro, había desempeñado trabajos esporádicos, entre ellos, el de la venta ambulante. Según fuentes municipales, la población marroquí afincada en Tui es numerosa y está integrada en todos los barrios del municipio. De hecho, cuentan con una mezquita y, tras el suceso de este miércoles, el Ayuntamiento les ha cedido unas instalaciones en el campo de A Macoca, para que puedan reunirse y celebrar sus ritos fúnebres.

Un tío de los menores se ha desplazado desde Algeciras hasta Galicia y ha expresado su predisposición a hacerse cargo de ellos, aunque la decisión la consensuará con otros familiares de los niños, ya que además tienen una tía que reside en Francia y otros allegados en Marruecos.

Atención psicológica
Varios ciudadanos marroquíes se acercaron también hasta el centro cultural de Guillarei, donde se ha instalado el punto de atención a las víctimas, para dar apoyo a este familiar y para expresar su solidaridad. En este punto son decenas las personas que están recibiendo ayuda, tanto psicológica, como alimentaria, con la colaboración desinteresada de particulares que están aportando bolsas con comida y bebida.

Un total de 33 familias durmieron la pasada noche fuera de sus casas, 27 de las cuales encontraron acomodo en las viviendas de otros familiares, mientras que las seis restantes fueron realojadas en hoteles. El arquitecto municipal de Tui ha cifrado en al menos 60 las viviendas que presentan daños severos por la deflagración y que serán objeto de valoración sobre si estos son estructurales o no. A ello se suman decenas de viviendas con otro tipo de daños, sobre todo en puertas, ventanas y persianas, a varios kilómetros de donde se produjo la explosión.

Una vez asumido el impacto, los vecinos que han podido acercarse hasta sus casas dedicaron la jornada a hacer recuento de daños y a tapar con lonas los huecos en los tejados para tratar de salvar los enseres de la lluvia que estaba prevista y que cayó con fuerza por la tarde.


Lo mismo hicieron en un centro católico de espiritualidad, donde sacaron a toda prisa imágenes, libros y vestimentas religiosas para ponerlos a resguardo en otro emplazamiento, ya que el templo quedó destrozado por dentro. Ni siquiera eso han podido hacer quienes vivían prácticamente puerta con puerta con el almacén ilegal de material pirotécnico, ya que de sus viviendas no quedan sino unos muros derruidos, cuando no un solar. Tal es el caso de Jaime Bugallo, quien tuvo la suerte al menos de estar trabajando en Vigo cuando se produjo la explosión que algunos vecinos confundieron con un terremoto o con una bomba. No tenía contratado seguro, por lo que teme haberse quedado sin la vivienda en la que se instaló desde hace más de una década.

Este vecino de Paramos ha indicado que sabía que el dueño de la pirotecnia almacenaba material en la casa de al lado pero pensaba que eran “palos, cartón”, en ningún caso cohetes y bombas de palenque, cuyos restos permanecen esparcidos a centenares en la denominada zona cero de esta tragedia, donde aún huele a humo y a dinamita.

Por estos hechos, la Guardia Civil detuvo el miércoles al propietario de la pirotecnia situada a menos de dos kilómetros, y que estaba precintada desde hace un año por un problema de licencias urbanísticas. Los agentes consideran que el detenido puede haber cometido dos delitos de homicidio por imprudencia y estragos, ya que relacionan el material que ha explotado con su propiedad. Está previsto que hoy por la mañana pase a disposición judicial.

La explosión de Tui deja una pareja muerta, dos niños huérfanos y 37 personas heridas

Te puede interesar