El capitán de la rescatadora cree que el “Prestige” pudo salvarse si entrase en puerto

El capitán de la rescatadora cree que el “Prestige” pudo salvarse si entrase en puerto
wytse huismans, capitán de la compañía smit salvage, declara en el juicio por el hundimiento del “prestige”

El capitán de la empresa rescatadora Smit Salvage Wytse Huismans afirmó ayer que el “Prestige” se podría haber salvado si horas después del accidente que sufrió el 13 de noviembre de 2002 frente al litoral gallego se hubiese “protegido” en una zona de abrigo como las ensenadas de Fisterra o Corcubión.

Un práctico danés afirma que el buque estaba para el desguace, aunque no detectó problemas

Huismans embarcó el “Prestige” el 15 de noviembre de 2002, dos días después de que el petrolero zozobrará en medio de un fuerte temporal y tras la decisión de la armadora del buque de contratar a la empresa Smit Salvage para tratar de salvar el barco y las 77.000 toneladas de fuel pesado que transportaba en sus tanques.

Este experto en salvamento de buques en dificultades compareció ayer como testigo ante el tribunal que juzga los daños causados por el vertido del “Prestige”, ante el que cuestionó el rumbo noroeste que tomó el barco tras el siniestro y explicó que trató de llevarlo hacia el sur a aguas “más tranquilas”.

No obstante, señaló que, una vez a bordo y evaluados los daños, comprobó que no iba a ser posible conducirlo a Gibraltar o Cabo Verde como se proyectó inicialmente, una vez descartada la opción de llevarlo a un puerto refugio en Galicia.

 

navegación forzada

También opinó que forzar la navegación del barco pese al deterioro sufrido forzó que se acrecentaran los daños estructurales y que finalmente se partiera y se hundiera, lo que ocurrió el 19 de noviembre.

Huismans defendió que con el barco fondeado y abrigado en una rada se habría podido intentar un trasvase de la carga, al menos de forma parcial, y remarcó que si se hubiese protegido horas después del accidente el “Prestige” se podría haber salvado.

Ayer también declaró como testigo el práctico de la Marina danesa Jens Joergen Thuessen, que pilotó el “Prestige” en su paso desde el Báltico hasta el mar del Norte a lo largo del corredor Gran Bell.

Thuessen aseguró que el buque presentaba una acusada falta de mantenimiento y estaba “para el desguace”, pero dijo no haber detectado “irregularidades” cuando estuvo a bordo.

Este práctico danés pilotó el petrolero durante unas veinte horas el 6 de noviembre de 2002 –siete días antes del accidente– a su paso por el corredor Grand Bell desde Gedser hasta Grenad.

 

fotografías

Dijo ante el tribunal que su opinión de que el barco estaba para el desguace se debe “en gran medida” a las fotos que le mostraron durante el juicio que se siguió en Estados Unidos contra la clasificadora ABS, la empresa que certificó que el petrolero hundido era apto para navegar, y por el testimonio de algunos de los tripulantes.

El letrado José María Ruiz Soroa, que representa al capitán del “Prestige”, Apostolos Mangouras, principal acusado en la causa, precisó que dichas fotografías fueron tomadas antes de que el buque fuese reparado en un astillero chino. No obstante, y ateniéndose al tiempo que pasó a bordo del petrolero, añadió que el “Prestige” fue el “peor” barco en el que navegó y que la lista de mejoras que necesitaba era “interminable”.

Igualmente, consideró ante el tribunal que si el “Prestige” hubiese entrado en un puerto danés o de cualquier otro país europeo no habría obtenido permiso para volver a navegar.

También señaló que “no le extrañó” que el barco sufriera un accidente el 13 de noviembre, una semana después de su paso por Dinamarca, que culminó con su hundimiento el 19 de noviembre tras navegar con rumbo errático durante 6 años frente al litoral de Galicia.

“Después de ver el estado del buque no había causa para sorprenderse”, recalcó el práctico danés.

Los tres acusados en este juicio son el exdirector general de la Marina Mercante José Luis López Sors; el capitán de “Prestige”, Apostolos Mangouras, y el jefe de máquinas, Nikolaos Argyropoulos, estos dos últimos de nacionalidad griega, para los que se piden penas de prisión que oscilan entre los 5 y los 12 años.

El Ministerio Fiscal reclama por la marea negra provocada por el hundimiento del “Prestige” indemnizaciones por daños que suman 4.442 millones de euros.

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