El autor del robo del Códice da versiones "incoherentes" a los investigadores

El autor del robo del Códice da versiones "incoherentes" a los investigadores
Imágenes de una edición facsímil del códice calixtino, expuesta en una sala de dal catedral, de cuyo archivo ha desaparecido la obra original, antes de la rueda de prensa que ofreció esta mañana en santiago de com

Los diferentes testimonios de Manuel Fernández Castiñeiras, electricista que trabajó como autónomo durante 25 años en la Catedral de Santiago y que el pasado julio reconoció haberse llevado este documento, no aportan "nada" que permitan ahondar en las investigaciones, y, por ello, "como elemento de avance en la instrucción no tienen ninguna relevancia jurídica".

Estas mismas fuentes han precisado que a Fernández se le ofreció la oportunidad de explicar la procedencia de los efectos incautados en sus propiedades, entre ellos unos 1,8 millones de euros, pero ofreció una versión "poco creíble".

Respecto al Códice, hallado en un garaje de Milladoiro (A Coruña), contó: "a mí me lo encargaron (el robo) hace quince años, y lo hice ahora" y culpó de ese encargo al deán y antiguo archivero, José María Díaz, pero sin exponer "una sucesión de hechos".

La defensa técnica de Fernández Castiñeiras, revelaron estas fuentes, llegó a pedir al juez encargado de la causa, el magistrado José Antonio Vázquez Taín, que esta argumentación "no se tuviese en cuenta" y que más adelante, cuando hubiese un enfoque claro, "se le tomase de nuevo declaración".

No hay ninguna pista que lleve a pensar que hubo encargo, complicidad o relación con otras personas, porque si en las palabras de Fernández Castiñeiras "se hubiese detectado el más mínimo indicio de verosimilitud, se hubiesen tomado las declaraciones correspondientes".

Sin embargo, "no se tomaron en serio" como para determinar alguna medida procesal, "es más, ninguna de las partes se ha interesado en ninguna medida procesal en ese sentido", han dicho estas fuentes.

El sumario es secreto para el público en general, no para las partes, que ya tienen conocimiento.

El deán, José María Díaz, han indicado las fuentes consultadas, tendrá que declarar como testigo, para aclarar algunos aspectos relativos a la situación de este manuscrito del siglo XII y sus medidas de seguridad, y para acreditar, principalmente, si hubo hurto o robo con fuerza, han sostenido estas fuentes.

"Sus manifestaciones, si es que fuese necesario, se realizarán en la instrucción, y si no es así, directamente en el procedimiento principal", han apostillado, pero nunca en el sentido de las declaraciones formuladas por Fernández Castiñeiras, de que la sustracción del Códice había sido encargada.

"Esta versión nunca se tomó en serio, por la propia forma de contarlo, no hay el más mínimo indicio que apunte en ese sentido, ni siquiera una versión mínimamente creíble", han corroborado.

En su momento, han concretado estas fuentes, se sometió a investigación al deán, por si se hubiese despistado, olvidado, o si estuviese escondido el libro sin que él se hubiese dado cuenta. "Se ha investigado todo, y no hay ninguna posibilidad de que hubiese sido un encargo", subrayan estas fuentes.

En la actualidad, hay una serie de datos, "elementos de convicción, pruebas, que son muy claras", han precisado, y la defensa está intentando encajar las piezas para obtener algún tipo de línea de defensa, "porque la del encargo ha sido desechada, no es lógica, no tiene encaje".

El deán José María Díaz ha declarado a Efe en conversación telefónica, respecto a la versión aportada por Fernández Castiñeiras: "que diga lo que quiera, yo de esas cosas no tengo ni por qué enterarme, y ya el juez y la opinión pública dirán lo que les dé la gana".

"No entro en ese asunto, son cosas que se descalifican por sí mismas, y ya el juez le dará la importancia que crea que debe darle.

Yo sé cuál es mi papel y cualquier pregunta sobre el Códice, sobre su contenido científico, estoy dispuesta a responderla, pero ya en ese otro juego no entro en absoluto".

 

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