El autor confeso del robo del Códice Calixtino no recuerda si llevó dinero tras su ictus

El autor confeso del robo del Códice Calixtino no recuerda si llevó dinero tras su ictus

El autor confeso del robo del Códice Calixtino, Manuel Fernández Castiñeiras, dijo no recordar si a raíz de sufrir un ictus en 2004 siguió cogiendo dinero de la caja fuerte de la Catedral, pero sí reconoció que fue tras la enfermedad cuando paró de anotar las cantidades presuntamente sustraídas.

Así consta en la primera declaración que el extrabajador del templo gallego, acusado de apropiarse en julio de 2011 del valioso manuscrito del siglo XII recuperado un año más tarde de un garaje de Milladoiro (A Coruña) del que es propietario, y también de apoderarse de dinero de la caja fuerte de la basílica compostelana, realizó ante el juez que instruye el caso, José Antonio Vázquez Taín.

En la transcripción de la declaración del acusado ante el magistrado, a la que ha tenido acceso Efe, Fernández Castiñeiras, que tenía en su poder 1,7 millones de euros, respondió: "Cuando me dio el ictus", a la pregunta del juez sobre cuándo dejó de escribir en las libretas contables que le fueron intervenidas en su domicilio.

Sin embargo, cuando el magistrado le interroga si después de sufrir la citada enfermedad el presunto ladrón siguió cogiendo dinero de la caja, éste contestó: "No recuerdo".

En su primera comparecencia ante el juez Castiñeiras reconoce que acostumbraba a acudir a misa a las 7.30 horas y añade que al acabar la homilía "voy a rezarle a unas tumbas que tengo allí, a unos que... quiero mucho, y a tomar el café".

A la pregunta del juez sobre cuánto tiempo hacía que no iba a la caja fuerte, el presunto ladrón contesta: "No sé, cuatro años o así", y agrega: "Pues seguramente", cuando su señoría le consulta si fue antes de sufrir el ictus cuando logró acumular tal cantidad de dinero.

En otro momento del interrogatorio, cuando el juez le pregunta si sustrajo algún objeto de valor u obra de arte de la Catedral para venderla, Castiñeiras manifiesta: "Yo me levantaba todos los días a las 6 de la mañana y trabajaba mucho".

En esa primera comparecencia ante el juez a Castiñeiras además se le pregunta acerca del supuesto robo de correspondencia personal a algunos vecinos del inmueble en el que tiene fijada su residencia.

Sobre este punto, el extrabajador de la Catedral admite que se hacía con correspondencia de los vecinos, "pero no de los buzones".

En este sentido, y a preguntas de dónde cogía la correspondencia, dice textualmente: "Muchas veces aparecía: Los buzones están así y aquí hay una cristalera, y el cartero muchas veces las mete".

Estas contestaciones del extrabajador de la Catedral de Santiago han sido recogidas de la primera declaración que el acusado realizó a preguntas del juez instructor del caso por el robo de la mencionada joya bibliográfica del medievo y por las cantidades presuntamente sustraídas de la caja de seguridad del templo durante varios años.

Es precisamente esta primera declaración de Fernández Castiñeiras ante el magistrado, en julio de 2012, la que su defensa considera que debe de ser declarada nula y, asimismo, que "se dejen sin efecto los datos obtenidos" en la misma, para lo cual ha presentado una petición en este sentido.

En el escrito que la defensa envió al juez Vázquez Taín ésta indica que el primer interrogatorio a Fernández Castiñeiras podría vulnerar el artículo 389 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

La defensa se remite al visionado de la grabación que consta en autos, y, en este sentido, argumenta que el imputado "recibió en algunos momentos de la declaración, por parte del juez instructor, un trato que podría llegar a considerarse cuasi-despectivo y con coacción".

Según consta en el escrito, algunas expresiones "suponen una fuerza verbal y lingüística para que diga algo concreto o responda en un determinado sentido el imputado, además de sugestivo en su conjunto".

Para la defensa de Castiñeiras, el imputado fue sometido a un interrogatorio en el que se le han formulado preguntas en algún sentido "no directas", "sugestivas", "capciosas", "realizadas en forma de narración", "preguntas repetitivas ante la contestación del imputado", y "preguntas argumentativas que expresaban la convicción acerca de la participación del imputado en el hecho punible".

De igual forma, se dice en el escrito enviado al juez que a Fernández Castiñeiras se le han planteado en ese primer interrogatorio judicial "preguntas coartando al imputado" y "preguntas pidiendo una contestación en forma de narración".

Fernández Castiñeiras está encarcelado en la prisión coruñesa de Teixeiro a la espera de juicio.

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