Comunidades de Montes Vecinales acusan al PP de expolio y exigen dimisiones

Comunidades de Montes Vecinales acusan al PP de expolio y exigen dimisiones
la conselleira de medio rural, rosa quintana, durante la conferencia sectorial de agricultura efe/j.c. hidalgo

Las comunidades de Montes Vecinales han salido a la calle en Compostela para arremeter contra la ley que en Galicia obliga a la firma de un contrato de gestión con una empresa forestal privada cuando la superficie en cuestión esté conveniada o consorciada con la Xunta, hecho que les lleva a hablar de expolio y a pedir que dimita la conselleira Rosa Quintana.
La protesta ha salido de la estación de tren y los organizadores han reclamado una fiscalidad propia y la condonación de las deudas que, derivadas del tipo de gestión, se les atribuyen, y las cuales el presidente de la Organización Galega de Comunidades de Montes Veciñais en Man Común, Xosé Alfredo Pereira, ve "falsas e injustas, porque si alguien tiene deudas, sería de la Administración al rural".
Los montes vecinales en mano común, seña de identidad de Galicia y del norte de Portugal, ocupan 650.000 hectáreas, un tercio del territorio gallego, y están gestionados por tres mil comunidades que reúnen a un total de 250.000 comuneros.
En la dictadura, han apuntado los convocantes de esta marcha celebrada hoy en Santiago, esta figura fue robada a sus legítimos propietarios, para ser entregada a las administraciones públicas y, concluido el régimen, se procedió a su devolución, apareciendo entonces los consorcios y los convenios.
Ahora, denuncian, la Xunta "pretende obligar" a firmar un contrato con una empresa forestal privada para pagar un supuesto saldo deudor, pero "la Ley de Montes del Estado español" permite la condonación de las deudas de los montes conveniados o consorciados siempre que el titular de la tierra se comprometa a trabajarla mediante un "instrumento de gestión".
De ahí que no vean ninguna razón legal, jurídica o técnica que impida anular esas "supuestas deudas", de manera que persisten en esta reclamación, puesto que, tal y como argumenta Pereira, "siempre nos quisieron robar los montes comunales a través de la historia" y siempre el pueblo gallego lo impidió, por lo que no va a ser la vecindad comunera del siglo XXI "la que no defienda esta titularidad especial propia de nuestra nación".
Con él coincide el coordinador general de la Federación Rural Galega (Fruga), Manuel Dacal, que ha lamentado que se intente "desnaturalizar" el monte vecinal y que se quiera permitir que masas "mono-específicas con una visión productivista para favorecer a determinada industria" ataquen estas propiedades.
Ambos creen que lo que incomoda es que haya tierras comunitarias fuera del tráfico de comercio y de negocio, y molesta más si cabe que estén gestionadas democráticamente, por lo que se persigue darlas casi de "gratis" a empresas privadas, porque así se impide que los comuneros "sean protagonistas de la puesta en valor de estas tierras comunitarias".
El portavoz parlamentario de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), Xosé Manuel Beiras, quien ha participado en la reivindicación, ha dicho a los informadores que hace muchos años escribió un artículo en el que decía que Galicia era una colonia interior del Estado español, texto al que un amigo suyo replicó, con una crónica sarcástica en la que decía si colonia o champú, a la que tuvo contestación por parte del propio Beiras: ni colonia ni champú, desodorante, y "pienso que hoy es más necesario que nunca el desodorante".
Con esta introducción, y seguro de que el presidente de la Xunta le iba a achacar una confusión entre Parlamento y Universidad, el veterano político ha recriminado hoy que el Gobierno gallego quiera cargarse la propiedad comunal para "completar el expolio", como ocurrió con la energía eólica o el plan minero, "y todo lo que haga falta".
"Es un crimen contra la identidad de este país y los derechos de los labradores desde tiempos inmemoriales", más trágico si cabe en este momento, donde están siendo sometidos a "exterminio".
Ha proseguido Beiras señalando que la Xunta al completo debería estar manifestándose si los montes vecinales estuviesen siendo atacados por el Gobierno del Estado, pero "son los que están en San Caetano los que gobiernan contra el país. Son traidores de este país. Y hay que largarlos a 'fungueirazos' (palos)" y si es preciso con "caxatos como éste", ha dicho refiriéndose al cayado que llevaba.
Ha garantizado que lo iban a acusar de violento, pero violentos sí son ellos y sus políticas, ha precisado, y ha recomendado a Alberto Núñez Feijóo pasarse por la universidad, "a ver si aprende algo".
El portavoz nacional del BNG, Xavier Vence, quien también acudió a esta movilización en la que participaron varios cientos de personas, ha puesto nombre a la empresa a la que se quiere beneficiar, la pastera Ence, y ha recriminado que el presidente gallego defienda "los intereses de las grandes empresas forestales en contra de los intereses de los legítimos propietarios de los montes que son los vecinos de las diferentes parroquias".
Para el dirigente nacionalista, la Xunta tendría que estar apoyando la explotación de estos terrenos de propiedad colectiva, que son los grandes latifundios que tiene Galicia y constituyen un pilar para el desarrollo del rural.

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