Cientos de personas visitan la capilla ardiente en el Museo do Pobo Galego

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 redacción/efe > a coruña/santiago
  La muerte de Isaac Díaz Pardo ha dejado huérfana a Galicia de uno de los últimos intelectuales del galleguismo histórico y una figura irrepetible, como lo describieron cientos de gallegos en el libro de condolencias instalado en la capilla ardiente.
El intelectual galleguista falleció el pasado jueves a los 91 años en un hospital de A Coruña, en donde llevaba casi quince días ingresado por una neumonía.
Tras recibir el mismo día de su fallecimiento muestras de condolencia de todos los ámbitos políticos, sociales y culturales de la comunidad, ayer fue el turno de  cientos de ciudadanos anónimos que acudieron a darle un último adiós en el Museo do Pobo Galego, en Santiago, donde se instaló la capilla ardiente.

Durante toda la mañana un goteo incesante de personas pasó por esta capilla ardiente instalada en esta institución de la que el propio Díaz Pardo era patrono, cientos de personas de todos los ámbitos de la sociedad gallega, así como otras que de modo anónimo quisieron darle un último adiós y apoyar a la familia.

Pequeño, pero inmenso >
Las muestras de cariño que el creador gallego recibió durante la jornada de ayer se sucedieron. Los recuerdos de quienes le conocieron se sumaban a las lágrimas de quienes sin conocerle admiraban y respetaban a este pequeño gran hombre.
Algunas de esas emotivas escenas que ya han quedado para el recuerdo las protagonizaron personas en las que la actividad creativa y comercial del pintor marcó en algún momento de sus vidas. Es el caso de una de las trabajadoras del grupo Sargadelos, una argentina que lleva 35 años trabajando en “la empresa de Isaac”, como ella misma la llama, y que destacó la figura de Díaz Pardo como la de un “pequeño hombre, pero grande e inmenso”.
Junto con los ciudadanos anónimos también expresaron sus respetos personajes más conocidos tanto en el ámbito de la cultura como en el institucional.
Como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien encabezó la lista de personalidades institucionales que se acercaron hasta la capilla ardiente para dar el pésame a la familia.
Feijóo aprovechó para trasladar a los medios de comunicación el orgullo que siente un gallego por compartir patria con alguien como Isaac Díaz Pardo.
Después de varias horas, el libro de condolencias estaba repleto. Cientos de personas quisieron dedicar unas frases al intelectual galleguista. La palabra que más se repetía era “irrepetible”.
Las personas que quisieron dar su último adiós también dejaron por escrito su agradecimiento por el legado que deja a Galicia y a los gallegos, por ser uno de los “bos e xenerosos”, de los que habla “el himno gallego” y por ser “un ejemplo”.

 

Cientos de personas visitan la capilla ardiente en el Museo do Pobo Galego

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