La Audiencia condena al asesino de O Couto a veinte años de prisión

La Audiencia condena al asesino 
de O Couto a veinte años de prisión
El condenado, Juan Fraga, junto a su abogado, Julio Barros, en la última sesión del juicio quintana

El magistrado de la sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña emitió ayer el fallo sobre el crimen de O Couto por el que condena a una pena de 20 años de prisión a Juan Fraga por el asesinato de su esposa, Caridad Pérez, el 29 de diciembre de 2015. El juez atendió así a la solicitud de la acusación particular, ejercida por el hijo del matrimonio y representada por la letrada lucense Ana Pernas. Además, en la sentencia también se dicta una indemnización de 100.000 euros a cada uno de los hijos.
Tras una semana de juicio, por el que desfilaron más de una treintena de testigos, el pasado día 13 el tribunal jurado emitió un veredicto de acusación de asesinato para Juan Fraga, por considerar que el octogenario mató a su esposa de forma alevosa. En la misma línea se pronuncia ahora el fallo del juez, que considera probado que la agresión se realizó de forma “sorpresiva y por la espalda a una hora de la mañana próxima al sueño de la víctima –cuando se encontraba sentada en el borde de la cama–, de forma que impedía a esta defenderse objetivamente”.

PLAN minucioso
La sentencia también da por hecho que el condenado trazó un plan minucioso y detallado para simular un robo, “en términos de gran torpeza, pero intencionalmente significativos”. El juez explica en el escrito que “en un momento dado Juan Fraga desordenó la habitación contigua al dormitorio y cogió algunas joyas que guardó bajo la alfombrilla de su vehículo”. Posteriormente, prosigue la sentencia “se dirigió a diversos lugares, algunos de los cuales poseían cámaras de grabación de vídeo” en los que realizó actos cotidianos que pudieran ser comprobados posteriormente.
Respecto a las dos circunstancias modificativas del delito que concurrían en este caso, el magistrado Pía Iglesias otorga mayor relevancia al agravante de parentesco que al atenuante de anomalía psíquica, dado que, arguye, “quien rompe un contexto tan ajeno a la violencia como es el ámbito familiar tiene una especial responsabilidad”.
Una de las dificultades de este proceso, tal y como explicaron todas las partes al jurado popular en la primera jornada, era la ausencia de pruebas directas que incriminasen a Juan Fraga. En ello abunda el juez encargado del caso que, si bien admite la difícil valoración de los indicios aportados, también señala que “las dudas resueltas y las incoherencias del acusado fueron contextualizadas en el veredicto como indicios claros de criminalidad que han permitido declarar probados estos hechos”.
Por ello, insiste el magistrado, algunas de estas pruebas circunstanciales se convierten en demostración suficiente a efectos de la autoría imputada.
Cabe recordar que la Fiscalía pedía para el ahora condenado una pena de 15 años de prisión por un delito de homicidio, mientras que la acusación popular cambio esta misma solicitud durante el juicio por la de una pena de 18 años de cárcel por considerar el crimen un asesinato.

La Audiencia condena al asesino de O Couto a veinte años de prisión

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