El antiguo organista de la catedral temía que el códice Calixtino apareciese en su casa

El antiguo organista de la catedral temía que el códice Calixtino apareciese en su casa
GRA020 SANTIAGO DE COMPOSTELA, 19/01/2015.- El electricista Manuel Fernández Castiñeiras (i), autor confeso del robo del Códice Calixtino, un valioso manuscrito del siglo XII, junto a su abogada, Carmen Ventoso al comienzo del juicio,

El antiguo organista de la catedral de Santiago, Joaquín Barreira Pereira, confesó ayer que llegó a tener miedo de que, durante la investigación, los agentes llegasen a encontrar el códice Calixtino en su propio domicilio, pero sin que él tuviese conocimiento alguno de que pudiese estar allí.
En la octava sesión de la vista oral en la que se juzga el robo de esta joya literaria, una sustracción de la que está acusado el electricista, Manuel Fernández Castiñeiras, el organista relató que sintió “miedo”, un pánico por el que llamó a la Policía para que registrase su propiedad.
El testigo rememoró que, después de “cinco noches sin dormir”, le pidió a los efectivos policiales que inspeccionasen su vivienda, puesto que temía que alguien hubiese “accedido” al inmueble con el fin de colocar en él este manuscrito medieval para así inculparlo.
“Sí, llegué a tener miedo que eso ocurriese”, contestó a preguntas de la abogada de la defensa, Carmen Ventoso.
Por ello, admitió que se sintió “muy liberado” después de que el códice apareciese en julio de 2012 en un edificio que no era el suyo, sino un garaje propiedad de Fernández Castiñeiras.
No en vano, recordó el otrora organista de la basílica que durante el tiempo en el que el códice Calixtino estuvo desaparecido se vivió una situación que “desbordó” a todos los trabajadores del templo, entre ellos él mismo.
Durante esta jornada, la última con declaraciones testificales, también declararon cinco clientas de la mujer de Manuel Fernández Castiñeiras, la costurera Remedios Nieto, las cuales aseguraron que Remedios “trabajaba mucho” y cosía “incluso de noche”.
También comparecieron dos dependientas de una tienda de ropa de la capital gallega en la que trabajó Remedios durante “cinco o seis” años cobrando alrededor de “500 y 600” euros mensuales.
Otros dos comerciantes compostelanas también apuntaron que el electricista era su contacto cuando tenían que hacer algún arreglo.
Con estos testimonios, solicitados por la abogada que se encarga de la defensa de esta familia, Carmen Ventoso, se quería demostrar que la fortuna hallada en las propiedades de este matrimonio es el resultado de un trabajo continuado y de un estilo de vida austero.
Fernández Castiñeiras, que prestó sus servicios en calidad de autónomo en la catedral de Santiago, estuvo interno en el centro penitenciario de Teixeiro desde julio de 2012 hasta enero de 2013 y está incriminado en dos delitos de robo con fuerza, uno de ellos continuado; otro contra la intimidad, y, el último, de blanqueo de capitales.
El Ministerio Fiscal reclama para él quince años de cárcel, que la Iglesia, personada como acusación particular, quiso elevar a 31.

El antiguo organista de la catedral temía que el códice Calixtino apareciese en su casa

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