Acusado de matar hermano en Vilagarcía dice nunca quiso "apretar el gatillo"

Santiago G.L., acusado de matar a su hermano de un disparo en la pierna en Vilagarcía en 2012, ha alegado hoy en el juicio que se celebra contra él en la Audiencia de Pontevedra que nunca quiso "apretar el gatillo".
La vista, que se celebra con tribunal del jurado, se ha centrado en su primera jornada en presentar la clave del caso, que es determinar si el disparo buscaba o no matar a la víctima, toda vez que el acusado, que lleva dos años en prisión preventiva, admitió desde el principio ser el responsable.
Fiscalía, acusación particular y defensa están de acuerdo en el contexto: que los hermanos, que vivían a 30 metros de distancia, se llevaban mal y que había habido enfrentamientos previos, pero discrepan en la calificación de los hechos.
La acusación particular pide una pena de 20 años de prisión por asesinato por entender que el disparo, que alcanzó el muslo de la víctima y le seccionó la arteria femoral, lo que provocó la muerte por desangrado, fue intencionado.
La defensa rebaja lo pasado a una imprudencia grave y la fiscalía se sitúa en un término medio, por lo que pide 10 años por homicidio.
Los hechos ocurrieron sobre las 21.30 horas, cuando Santiago G.L.
disparó, tras el enésimo enfrentamiento entre los hermanos y después de que minutos antes, ante lo que entendió como un intento de su hermano de matarlo de un navajazo, le hubiese rociado con un aerosol de pimienta.
Éste alega que portaba este artilugio desde hacía meses por miedo a que su familiar, a quien acusó de problemas con la bebida y de un comportamiento violento con él y con su propia mujer e hijas, le cortase el cuello.
El fiscal preguntó hoy en el juicio por qué no había llamado a la policía o por qué no se había encerrado en casa, algo que éste trató de explicar apelando al miedo que sentía y a que ya había denunciado en ocasiones anteriores supuestos intentos de agresión.
"Iros de aquí, que nos vamos a complicar la vida", dijo haber avisado el acusado a su hermano, cuando éste saltó el muro que separaba las propiedades navaja en mano y con su propia esposa tratando de retenerlo tirándole de la ropa.
El acusado dice que solo acabó disparando "por instinto" y hacia el suelo, pero que sin querer le alcanzó en el muslo, tras lo que corrió a su vivienda a llamar a la policía, que se presentó al poco.
En ese sentido, declaró que la esposa de su hermano permanecía a gatas en la finca, a su entender buscando la navaja que llevaba la víctima, hallada al día siguiente de los hechos entre dos bloques.
El abogado de la acusación particular formuló las preguntas tratando de desacreditar el supuesto error al apuntar de Santiago, y achacándole poca prisa a la hora de avisar a las autoridades de los hechos, así como de atribuirle amenazas a la víctima.