La base de sus colecciones son la fantasía, el color, referencias cute y naif.
Partiendo de eso, “ la inspiración siempre surge de momentos cotidianos en nuestro día a día o de actos costumbristas que pueden estar presentes en la vida de todos, como por ejemplo puede ser irte un día de picnic, un día de San Valentín... pero siempre bajo nuestro universo creativo.”
La idea de crear Anamingo surgió de una manera muy orgánica. Fue un proceso muy natural dado que desde el momento que nos conocimos tuvimos mucha conexión y la sinergia nació por sí sola.
Recuerdan de una manera muy especial su unión y colaboración desde el principio porque durante la carrera siempre se ayudaron mucho el uno al otro y ese proceso derivó en lo que es hoy Anamingo, cuando se dieron cuenta no tenía sentido diseñar sin la otra mitad.
La marca es una propuesta que no te deja indiferente, o la amas o la odias, y eso les encanta.
Afortunadamente, comparten muchos valores que cada vez están más presentes en las marcas de jóvenes diseñadores, como son la apuesta por la calidad, la sostenibilidad, apostando por talleres de cercanía, de proximidad y ética la inclusión y la diversidad.
Pero si algo diferencia a Anamingo twins es esa apuesta por el color y esa aura romántica.
Uno de los valores más importantes de la marca, junto con la apuesta por la sostenibilidad, es que todas las prendas son sin género.” Para nosotros es muy natural diseñar nuestras prendas sin referenciarnos a ningún género. Siempre comparamos diseñar una prenda con diseñar una silla, un espacio... al final son procesos creativos muy similares y la moda no deja de ser diseño y arte.”
Realmente les llama la atención que muchas veces el mundo de la moda siga haciendo esta diferencia, cuando la moda es un medio de expresión que debería de ser todo lo contrario a esa rigidez.
Han tenido las suerte de vestir a celebrities como Bely Basarte, Agoney, Marc Seguí, Inés
Hernand, Luc Loren, David Fidalgo para los premios mestre mateo...
Se sienten muy agradecidos porque tanto los artistas como sus estilistas hayan confiado y apostado por ellos desde sus inicios. Algunas veces ha surgido de una manera bastante
inesperada y lo recuerdan con mucha ilusión.
“En nuestra última colección BE MY TEDDY BEAR contamos una historia romántica que gira en torno a la idealización del amor en un día de San Valentín. Recogemos todo el imaginario de este día para trasladarnos a un flechazo repentino, a un Cupido juguetón lanzando su flecha y trasportándonos a un mundo de ensueño.”
En esta colección nos encontramos con moda souvenir en prendas, accesorios y estampados que beben del imaginario de San Valentín: osos de peluche, rosas, tarjetas de amor, besos, globos, corazones.... También podemos ver sastrería actualizada, divertida y llena de color, pasando por volúmenes orgánicos en tul que nos transmiten dulzura y ese punto cute de la marca. El color rosa es el predominante.