“Somos muy duros, pero esto es terrible”

“Es el peor momento de mi carrera profesional, el más tremendo”. Rocío Mosquera, responsable de Sanidade, apenas descansó desde la noche del miércoles, cuando el Alvia Madrid-Ferrol descarriló y desencadenó uno de los accidentes ferroviarios más graves de España.
Antepuso, como pudo, la cabeza al corazón, porque es lo que toca para controlar la catástrofe. “Los gallegos somos muy duros, pero este suceso es terrible”, manifestó.
“Ha sido un momento trágico para todos nosotros”, y en esa dureza la única “satisfacción” posible, si es que puede haber alguna, es “saber que los dispositivos sanitarios han funcionado de un modo fantástico”.
El servicio 061 de Urgencias Médicas es el que ha controlado todo el procedimiento. Sesenta ambulancias en solo tres minutos, a las 20.43 en Angrois, la zona cero, en las inmediaciones de Compostela, la primera.
Hora del siniestro: 20.41. Hospital de campaña a los veinte minutos. Médicos de los Puntos de Atención Continuada (PAC) de todo el entorno de la capital gallega colaborando. Todos los hospitales a disposición del gabinete de crisis montado en un tiempo récord en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago. Médicos y enfermeros del turno de tarde se quedan y empiezan a trabajar de manera inmediata. Profesionales que disfrutaban de su tiempo libre vuelven. Sectores que estaban en huelga la anulan. Esta es la radiografía.
“Hubo un momento en el que estaba prácticamente toda la plantilla del CHUS. Ha habido un comportamiento increíble por parte de toda la ciudadanía”, añadió emocionada.

“Somos muy duros, pero esto es terrible”

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