“Las muertes por catástrofes crean mayor sensación de desamparo”

El médico adjunto al servicio de Psiquiatría del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña Juan Carlos Díaz del Valle no ha participado en la atención a las víctimas de esta tragedia pero sí le ha tocado enfrentarse a otras situaciones igualmente duras. Ante todo, muestra su “solidaridad” y el “orgullo de sentirse parte de un pueblo con servicios de emergencia y civiles a la altura”.

¿Ha trabajado con víctimas de tragedias parecidas?
Sobre todo he atendido a mujeres de marineros que han sufrido naufragios, alguno de ellos sin que apareciera el cuerpo, lo que aumenta la angustia; son situaciones traumáticas en las que el impacto es muy grande.

¿Qué se hace en estos casos?
Intentar apoyar y dar información precisa, en cada momento la que sea necesario dar, y mostrar la solidaridad de toda la sociedad, como en Santiago.

¿Hay consuelo para las familias o llega a muy largo plazo?
El consuelo llega pasado un tiempo, es un duelo y primero hay una fase de shock en la que no se pueden creer lo que ha pasado. Después viene otra de rabia, en la que buscan culpables o tienen sentimientos de culpa propios. Luego viene la fase de la depresión, de aprender a vivir sin la persona querida, y después ya la fase de aceptación, en la que se asume la situación para volver a recuperar la vida.

¿Pero se recuperan del todo?
En cualquier tipo de muerte la situación de desamparo es muy importante, pero sobre todo en muertes como las catástrofes porque la muerte es inesperada. Además son muchas las familias que sufren y eso agrava el dolor.

¿Cuál es la labor en Santiago?
Apoyar en circunstancias muy desagradables como son identificar los cuerpos: los psicólogos hacen labor de acompañamiento. No son muy intervencionistas sino que están ahí para escuchar.

¿Entre los supervivientes del siniestro podría darse el sentimiento de culpa? ¿Se supera?
Es muy frecuente, algo natural. En los naufragios, por ejemplo, cuando han estado en contacto directo es normal que los supervivientes se sientan culpables porque se han salvado y sus compañeros no. Superarlo es un trabajo que necesita de tiempo.

Y la presión del maquinista...
Ha dicho “¿por qué no me he muerto yo?” y eso resume todo,  porque daría su vida por salvar las demás.