A Coruña llora a las víctimas de Angrois

A Coruña llora a las víctimas de Angrois
el cementerio de san amaro celebrã³ por la maã±ana el sepelio de david villoldo. fotos: javier alborã©s /patricia g. fraga

Los pasos amargos se van sucediendo y ayer, mientras en Santiago se concluían las tareas de identificación de las víctimas del descarrilamiento que el pasado miércoles costaba la vida a 78 pasajeros del trayecto Madrid-Ferrol, las familias de algunos de los fallecidos de A Coruña despedían a un hijo, un padre, un compañero o un amigo.
Así ocurría, a las doce de la mañana, en el cementerio de San Amaro, donde era enterrado el joven David Villoldo Pardo. Había cogido el tren en Madrid, donde trabajaba, para volver a su ciudad. Apenas cinco años separaban a este informático de Jacobo Romero Rivera. Treintañero, sobrino de José María Arias –presidente del Banco Pastor y vicepresidente del Popular– y parte del clan Hijos de Rivera a través de su madre, viajaba junto a su novia con destino A Coruña. Ninguno de los dos pudo llegar. A la una, sus familiares y amigos celebraban en recuerdo del joven un funeral en la iglesia de Santa Lucía.
También, el cementerio de San Pedro de Visma despedía por la tarde a la estudiante Laura Naveiras Ferreiro. Tenía 21 años y un futuro como médico que se truncaba el miércoles en las vías.
A las seis, Servisa se convertía en el destino de más amigos y familia. La de Francisco Luis Navajas Lestau, quien fue director de la Fábrica de Tabacos desde los años setenta y hasta el cierre, y que también se dejaba la vida en Angrois . Los suyos le recordaban con un acto fúnebre. Hoy mismo, la capilla volverá a rememorar el fatal accidente, que azota a otra de las familias de la Tabacalera, la de Antonio Suárez Alvedro, jubilado de la factoría y otra de las víctimas por la que la ciudad llora sin consuelo.

A Coruña llora a las víctimas de Angrois

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