Sabina y Benjamín Prado abren un ciclo literario con recuerdos de copas y viajes

Sabina y Benjamín Prado abren un ciclo literario con recuerdos de copas y viajes
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 El músico Joaquín Sabina y el escritor Benjamín Prado han abierto hoy en Ávila el ciclo Literarios 2014 echando mano de sus recuerdos de viajes, copas y vivencias plasmados en versos y en letras de poemas y canciones.

Cientos de personas han aguardado desde dos horas antes de comenzar la intervención de Sabina y Prado a las puertas del Palacio de los Serrano, que se ha quedado pequeño para recibir a estos dos amigos y "compañeros de viaje", según se han definido.

Entre bromas y respuestas poéticas, el ingenio de ambos les ha llevado a alabarse mutuamente y a reírse de momentos pasados, como cuando Prado ha confesado que le gustaba que Joaquín pudiera "disfrutar" de su público, por la afluencia registrada.

También el escritor, que en unos días presentará su último poemario, 'Ya no es tarde', ha asegurado que "tres de las cosas más hermosas" que le han pasado en la vida ha sido el "poder ser amigo de Rafael Alberti, Ángel González y Joaquín Sabina".

"La única vez que decidí hacer un disco a medias con alguien", ha recordado el músico, por su parte, tenía que ser con alguien que "no tenía que ser el mejor poeta o el mejor músico", sino "alguien con quien poder viajar, ir de copas o que asumiera si decía sí o no a un verso".

Fue entonces, en el año 2009, cuando decidieron poner rumbo a Praga (República Checa), donde permanecieron siete meses y cuyo resultado fue el disco 'Vino y rosas'.

Fue una decisión, ha recordado Sabina, que ambos tomaron en un bar, cuando él "no estaba enamorado o desenamorado, sino en el limbo", mientras que Prado estaba "endemoniado" porque "le había dejado una diosa".

Entre lectura y lectura de versos en los que ha recordado cuando tenía catorce años y sólo tenía "un cuaderno a rayas, mi guitarra desafinada y un plano del paraíso que resultó ser falso", también ha recordado el músico cuando, tras sufrir un ictus, a sus "cuarenta y diez", le encargaron escribir un libro de sonetos.

Sabina decidió, ha confesado, escribir una carta que ha leído a su amigo Benjamín Prado, a la que él respondió con otro escrito en la que le confesaba ser "frío y despiadado", pero en la que también le decía que los "buenos versos" son, entre otras cosas, "una manera de convertir cenizas en madera y escombros en castillos".

"Ningún poeta es siempre Robin Hood ni sus dianas tienen siempre dieces", ha añadido, a lo que ha respondido Sabina halagando esas palabras: "un hermoso poema, ojalá lo hubiera escrito yo".

El ciclo Literarios 2014 continuará la próxima semana con la presencia de Paloma Sánchez Garnica, quien abordará la novela como una manera de comprender mejor el mundo.

Sabina y Benjamín Prado abren un ciclo literario con recuerdos de copas y viajes

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