José Luis Acosta pide a la Justicia que acabe de una vez la instrucción del caso SGAE

El presidente de la Sociedad General de Autores y Editores, José Luis Acosta, ha pedido a la Justicia que acabe ya la instrucción del caso SGAE, que se inició en julio de 2011, ya que el "goteo" de citaciones e imputaciones están haciendo mucho daño a la entidad.

Se han cumplido ya cuatro años desde que la Guardia Civil detuviera al entonces presidente de la SGAE, Eduardo Bautista, y a otros cargos de la entidad acusados de apropiación de fondos, un caso que se investiga en la Audiencia Nacional y que, según ha asegurado Acosta en una entrevista con Efe, "va demasiado lento".

Una operación que, considera Acosta, se llevó a cabo para proteger a la entidad de gestión de derechos de autor, pero que ahora, al dilatarse en el tiempo, está dañando a la SGAE.

"Resuelvan, dictaminen, enjuicien, citen sentencia y dejen reconciliarnos con nuestro pasado", ha pedido a la Audiencia Nacional el presidente de la SGAE, que ha indicado que las repercusiones mediáticas de esta operación, "que no acaba nunca", han deteriorado la imagen de la entidad.

"Si se trataba de proteger a los socios, con el paso del tiempo el efecto está siendo el contrario", ha explicado Acosta, que asegura que la SGAE es una entidad que colabora con la Justicia y se dedica a recaudar derechos de autor, y, por tanto, su imagen afecta a sus ingresos.

El presidente de la entidad ha defendido el derecho a la presunción de inocencia del director general de la SGAE, Enrique Gómez Piñeiro, que declaró el pasado 22 de junio como imputado, una persona que, ha dicho, "está haciendo bien su trabajo".

Tras la declaración de Gómez Piñero, que negó haber decidido otorgar una "remuneración periódica indebida" al compositor canario Caco Senante hasta un total de 30.354 euros, "lo justo" es esperar a la respuesta del juez o del fiscal, ha indicado Acosta.

Después de los hechos "traumáticos" vividos por la entidad y la "incertidumbre" y la "crispación" que se han registrado en estos años posteriores, la SGAE ha vivido una especie de "transición".

Por eso, según Acosta, la asamblea general celebrada por la entidad el pasado mes de junio, en la que se aprobaron las cuentas de 2013 y 2014, ha sido, por primera vez, "pacífica y cordial".

"Es una buena noticia. Estamos saliendo del túnel y tomando conciencia del futuro y de la voluntad de la mayoría social de la casa de hacer las cosas de otra forma. Hay un tono muy diferente, y la hostilidad y la desconfianza se han rebajado".

También han cambiado los modos y la forma de relacionarse con las empresas que pagan por derechos de autor: "Somos más receptivos y tenemos convenios con más de 220 organizaciones de usuarios", recalca Acosta, con las que se negocian facilidades de pago.

Aunque reconoce que puede haber habido malas prácticas en el pasado, asegura que han aprendido de los errores y no se actúa "ni con soberbia ni con prepotencia", pero, recuerda, la función de la entidad es "recaudar".

"No es un impuesto, sino un pago que se realiza por hacer uso del trabajo de otros", dice Acosta, que recuerda que para los autores es la única forma de cobrar y que tienen el mismo derecho a percibir ingresos que cualquier otro trabajador.

"Somos Blancanieves en ese sentido, en relación con otros países europeos", asegura Acosta, que destaca que las tarifas que la SGAE aplica están en la media europea o por debajo de ella.

Unos países en los que existe una mayor concienciación sobre sus autores y su cultura, ha asegurado el presidente de la SGAE, que ha destacado la necesidad de reconciliar a la cultura con la sociedad.