“Los grandes inventos del TBO”, el loco mundo que tanto hizo reír

“Los grandes inventos del TBO”, el loco mundo que tanto hizo reír
La exposición “Historietas del Tebeo. 1917-1977” está abierta desde hoy al público | Diego Perez Cabeza (efe)


Aunque no fue el creador de la sección más popular de la revista TBO, “Los grandes inventos”, el historietista y perito mecánico Ramón Sabatés y el personaje Franz de Copenhague se merecieron convertirse en los auténticos protagonistas de este loco mundo que ahora se recopila en una edición integral.
Pese a que la sección nació en 1920 de la mano de Urda, el trabajo de Sabatés desde 1943 a 1998 es el que Ediciones B quiso reunir en un tomo de lujo por considerar que se trataba de una cuestión de “justicia” el reconocer el trabajo de este creador.
Así lo afirmó Manuel de Cos, el editor de esta obra de más de 600 páginas en las que el lector podrá reencontrarse con estos inventos que, aunque en su mayoría parecían irrealizables, siempre eran garantía de risas.
El libro muestra en blanco y negro desde el primero de sus inventos (1943), un “buen despertador” que sustituye el estridente sonido por el golpe de un martillo de madera; o ya en color, un ingenioso sistema para beber mosto recién exprimido.
“Esta edición integral es un proyecto acariciado desde hace años, pero era muy complicado porque era necesario tener todos los inventos de Sabatés publicados en esta etapa. La colaboración del más grande coleccionista de TBO de España, Lluís Giralt, fue capital”, relata Manuel de Cos.
Y lo fue porque Giralt ha sido el encargado de facilitar “casi todo el material”, excepto las últimas (aproximadamente 100) páginas que se publicaron en Ediciones B en los años 90. A partir de aquí, explica el editor, y con la coordinación y creación de textos de Antoni Guiral, “pudo ver la luz” este libro.
Pero lo que pone de manifiesto este ejemplar, es que Sabatés, “un artesano de la ilustración con una imaginación desbordante”, construyó sin saberlo más de 1000 inventos que pasaron a la historia sin envejecer, posiblemente por lo disparatados que eran, aunque siempre “factibles”.
“Si contamos que el primer invento de Sabatés es de 1943, estaríamos hablando de más de 70 años, ahí es nada. El último que es de 1998 ya tiene casi 20 años. No envejecieron por algo evidente, Sabatés era ingeniero industrial, por lo que a su gran imaginación para crear inventos muy divertidos, hemos de añadir que siempre eran realizados con la intención de que pudiesen ser llevados a la práctica”, puntualiza De Cos.
Según recuerda Guiral en el prólogo de la obra, los inventos de Sabatés, “factibles o no”, tuvieron como principal objetivo “facilitar la vida cotidiana”, aunque fuera “para situaciones anecdóticas. De hecho, sí que existe “al menos” un invento fabricado por el propio autor.

“Los grandes inventos del TBO”, el loco mundo que tanto hizo reír

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