11º-14º
jueves | 25 abril | 2024
n país sin memoria es un país muerto en vida, pero España no tiene por qué tener ese temor, ya que gracias a los archivos y sus archiveros, los garantes de nuestro pasado, tiene preservados esos documentos y objetos que nos recuerdan cómo fueron y qué hicieron los españoles para llegar a ser lo que son.
Y hoy es el día en el que se reconoce internacionalmente su labor, una jornada que se celebrará con la intención de recordarnos que su función no es otra que la de ser los “custodios de la memoria”, una labor que defiende Severiano Hernández, subdirector general de Archivos Estatales, en una entrevista con la Agencia Efe.
No entenderíamos, por ejemplo, nada de la conquista de América, un pasaje preservado en el Archivo General de Indias (Sevilla), creado por Carlos III, donde están documentos de carácter administrativo como las relaciones de los pasajeros que viajaron al otro lado del mundo, o los inventarios de lo que transportaban los navíos de un lado al otro del Atlántico.
Tampoco sabríamos qué paso en la Guerra de Sucesión Española entre los años 1712 y 1714 si el Archivo Histórico Nacional no guardara el Tratado de Utrecht. Dos ejemplos que a Hernández le llevan a afirmar que “no se puede pensar en los grandes acontecimientos sin pensar en los testimonios escritos”.
Y en el Archivo Histórico Nacional cuentan también con el legado de María Telo, la jurista española que consiguió la supresión de la licencia marital de mano de la Ley de 2 de mayo de 1975.
Según Hernández, entre los rastros del pasado que cuida el cuerpo de archiveros (creado en 1866) hay también dos preservativos datados en el siglo XVII del secretario del Duque de Béjar (en el Archivo de la Nobleza de Toledo), lo que nos lleva a “ver cómo funcionaban a ciertos niveles”. Registrados bajo la dirección www.pares.mcu.es, los archivos españoles ofrecen información necesaria para cosas como la concesión de títulos de nobleza, los expedientes de pruebas de caballeros de la Orden de Santiago o los expedientes académicos.
